Tras más de cinco meses invicto, el París Saint-Germain ha sumado dos derrotas consecutivas, suficiente material para que hayan aparecido grietas en la confianza de un equipo que, hasta ahora, había admirado por su fiabilidad.
En tres días, la sólida formación de Unai Emery, que solo había encajado 10 goles en liga y 1 en Liga de Campeones, vio perforada cinco veces su meta, dos en el campeonato doméstico frente al Estrasburgo y tres contra el Bayern de Múnich.
Dos tropiezos consecutivos que en nada ensombrecen las opciones de los parisienses, líderes en su país con un colchón de 9 puntos y primeros del grupo B de la competición continental.
Pero la sucesión de dos derrotas ha llevado al diario “L’Équipe” a titular “Alerta roja” y a mitigar el ambiente de euforia que se vivía entorno al conjunto liderado por el brasileño Neymar y el uruguayo Edinson Cavani.
El PSG ha perdido dos partidos de signo diferente, pero que en ambos casos evidencian sus carencias. Frente al Estrasburgo, el equipo cayó frente a un recién ascendido, lo que recordó a los observadores que también había sufrido frente al Troyes, otro club que ha regresado esta temporada a la élite.
En Múnich, dejó escapar buena parte del capital de confianza que había ganado con la goleada (3-0) frente a los bávaros en el Parque de los Príncipes, una lección que llevó a los germanos a desprenderse de los servicios del técnico italiano Carlo Ancelotti y recuperar al veterano Jupp Heynckes.
El equipo pensó entonces que había dado el paso definitivo para figurar entre los mejores y sus dirigentes proclamaron que vencer al cinco veces campeón de Europa ya no había duda de que el PSG estaba invitado a la mesa de los elegidos.
Pero tras caer en Múnich, el presidente, Nasser Al-Khelaïfi, tenía problemas para ocultar su malestar.
“Estoy muy decepcionado por el resultado, pero también por el juego, sobre todo en la primera parte”, aseguró a los periodistas.
Deseoso de no desestabilizar al equipo, proclamó su optimismo sobre el futuro, aunque envió un recado a los jugadores: “No lo hemos dado todo en este partido (…) No tenemos estos magníficos jugadores para venir aquí a perder por 3-1. Esta es una gran lección para el futuro”.
Un toque de atención que también apreció el entrenador, que aseguró que “este partido será útil dentro de tres o cuatro meses”.
Desde que un fondo soberano catarí se hizo con las riendas del PSG en 2012, a base del dinero inyectado por sus propietarios, el equipo no ha parado de mostrar la Liga de Campeones como su principal objetivo.
Pero en cada una de las temporadas ha caído frente a un grande, tres veces frente al Barcelona, incluida la histórica remontada del año pasado, una más frente al Chelsa y otra contra el Manchester City.
Al PSG le falta dar el paso definitivo para superar los cuartos de final, su techo en la competición, y para lograrlo, los propietarios cataríes pusieron en riesgo el equilibrio financiero que la UEFA exige a la entidad para fichar al brasileño Neymar.
Los 222 millones que desembolsó por el jugador del Barcelona fueron percibidos como un atajo para llegar lo antes posible a la cima de Europa.
Pero la derrota contra el Bayern, un histórico que no vive sus mejores horas, demostró que hace falta algo más para triunfar en el viejo continente.
El PSG tiene aun tiempo para recuperar el rumbo, pero los galácticos de Emery ya saben que su temporada no será el paseo que se les auguraba hace apenas una semana. EFE