Surfeando or la web, nos encontramos con una interesante historia publicada en el Mundo de España. El joven Cristo González, nueve del Real Madrid Castilla, espera su oportunidad en medio de algunas bajas que tiene el plantel de Solari.
Aunque ya jugó en el Tenerife, con sólo 16 años, el paso al Real Madrid ha ido ganado carácter.
El chico dice: “Al llegar al entrenamiento, el míster me dijo: ‘Tienes más pinta de cantante de reggaeton que de futbolista'”.
Cristo González contaba la anécdota en un programa de promoción de la categoría de plata, cuando jugaba en el Tenerife. El chico, en aquella musical comparación, gastaba un pelo rubio platino que animaba a sus compañeros a llamarle Justin, por Justin Bieber.
Al apodo de la estrella del pop él respondió, entre provocador y travieso, con el cambio de peinado para parecerse un poco más.
Ya era entonces el chicharrero más joven en debutar en categoría profesional, con sólo 16 años, en la temporada 2014/15 de la Segunda División.
Hoy estará en el banquillo del Real Madrid esperando jugar sus primeros minutos en Primera, después de haberse estrenado en la Copa del Rey (ante el Melilla y el Leganés, el pasado miércoles).
Lo tiene a mano gracias a la ristra de bajas que presenta Santiago Solari en el ataque, sin Bale ni Asensio por lesión ni el sancionado Lucas Vázquez, expulsado en la última jornada.
Cruza dedos el argentino mientras pone el termómetro al griposo Vinicius, que si aparece esta noche en el Villamarín será bajo mantas y con tiritona de piernas tras perderse los dos últimos entrenamientos. Si no espabila su salud, Brahim Díaz podría acompañar a Benzema.
Las circunstancias del momento (en la línea de toda la temporada) obligan al sudoku al técnico del Madrid a la hora de dibujar un once ante el amenazante Betis. Entre las soluciones juveniles destaca el nueve que brilló bajo su mando en el Castilla y que hoy aguarda una oportunidad.
Cristo González, perla rebelde del fútbol canario, demostró sangre fría el pasado verano, cuando le sobraban opciones para salir hacia equipos importantes de Segunda y algunos de Primera.
Al mirar hacia arriba en Valdebebas, vio a un Real Madrid escaso de dinamita ofensiva, una vez confirmada la salida de Cristiano Ronaldo.
“Me quedo aquí”, dijo a sus agentes, confiando en seguir ganando foco con el filial y aprovechar las rendijas que surgieran en el primer equipo. Con 21 años, demostró perspectiva, con tiempo para todo aún.
Su apuesta de riesgo le está saliendo bien esta temporada, con goles en Segunda B (nueve y siete asistencias) y uno ya con los mayores, en Melilla.
Fichado directamente para el Castilla, tras pagar 750.000 euros al Tenerife, en la Ciudad Deportiva le ven como un ariete versátil, capaz de decidir dentro y fuera del área.
Tira faltas, va bien por alto y combina. Además, ha logrado atemperar el genio. “Son cosas que me penalizan; yo tengo un carácter fuerte y la gente trata de ayudarme hasta llevarme por el camino correcto. No debo faltar al respeto a los compañeros, no ya en palabras, sino tampoco en determinados gestos”, reconocía cuando aún estaba en el Tenerife y lamentaba que se le acusara de tener “demasiado ego”.
En el Madrid no hay quejas sobre su comportamiento. Al contrario, Solari aplaude su buena disposición en el doble papel que está teniendo: referente del Castilla y alumno en el primer equipo.
“Tenemos muchas lesiones, y debemos contar con todos”, lanzó ayer el entrenador blanco a su tropa, a los chavales y a los veteranos, Isco entre ellos. Ni ante semejante panorama, con tantos remiendos por hacer en el once, tiene el andaluz el puesto garantizado hoy.
Vía El Mundo de España