El presidente dimisionario de la Federación de Fútbol italiana (FIGC), Carlo Tavecchio, defendió su trabajo y arremetió contra la presión política que, en su opinión, le ha obligado a dejar el cargo, tras el fracaso mundialista de la selección.
Tavecchio confirmó su dimisión en una rueda de prensa celebrada en la sede romana de la FIGC, en la que aprovechó para rechazar todo tipo de acusaciones sobre su gestión deportiva.
“Dimití. Y como mero acto político pedí al Consejo de la Federación que hiciera lo mismo. Nadie lo hizo, así que solo se ha producido mi dimisión. Creo que hemos llegado a un punto de especulación (política) que ha alcanzado límites imposibles”, afirmó.
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El expresidente de la FIGC confesó que pensaba que iba a poder seguir al mando del organismo hasta poco antes del comienzo del Consejo de la Federación, pues desconocía que gran parte de sus colaboradores le habían retirado su apoyo.
En su opinión, está pagando por errores que no ha cometido, como la elección del seleccionador destituido Gian Piero Ventura, que fue colocado al frente de la “azzurra” por consejo del entrenador de Italia que ganó el Mundial de 2006, Marcello Lippi, según quiso dejar claro Tavecchio en su comparecencia.
Reconoció que la derrota de Italia contra Suecia, que le cerró las puertas al Mundial de Rusia 2018, le ha dolido como presidente y también a nivel personal, pero lejos de asumir la responsabilidad se afanó en hacer balance de las iniciativas que ha puesto en marcha durante su mandato, que comenzó el 11 de agosto de 2014.
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“Hemos activado centros técnicos territoriales, desarrollamos el fútbol femenino. Tenemos un presupuesto que da envidia, hemos preparado balances. (…) Remodelamos (el centro deportivo de) Coverciano, hemos introducido los Árbitros Asistentes de Vídeo (VAR)”, destacó.
En una intervención muy tensa, Tavecchio mostró en varias ocasiones rabia y resentimiento hacia todo el entorno y subrayó que que había preparado un proyecto con una serie de propuestas para el futuro, entre las que incluía contratar a un gran seleccionador.
“Hablé con cuatro o cinco grandes entrenadores, pero están todos ocupados. Es falso que no vienen por Tavecchio. Yo hablé con todos”, dijo, al negar que algunos técnicos hubieran rechazado el banquillo de la selección por su presencia en el cargo.