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Portugal-España, hermano mayor contra hermano menor en el Mundial

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MADRID, 11 Jun 2018 (AFP) – En 1494, Portugal y España se repartieron el Nuevo Mundo, con el beneplácito del Papa, y cinco siglos más tarde, los hermanos ibéricos se enfrentan el viernes en el Mundial-2018, en una reflejo deportivo de una rivalidad hereditaria entre el mayor español, tan seguro de sí mismoo, y el más joven portugués, acomplejado durante largo tiempo.

En Sochi, a orillas del Mar Negro, el primer partido estrella del Mundial de Rusia enfrentará a dos países que dominaron los océanos y construyeron grandes imperios tras dibujar una línea con la que se repartieron el mundo en el famoso tratado de Tordesillas.

Imposible separar la historia de Portugal de la española: entre los dos vecinos que obedecieron al mismo monarca entre 1580 y 1640, las culturas son similares y la pasión por el balón es común.

“Son dos países que se quieren y se respetan mucho y dos países muy futboleros, absolutamente futboleros”, afirma el seleccionador español Julen Lopetegui, que entrenó al Oporto portugués (2014-2016).

“Sé el ambiente y como se vive el fútbol en Portugal, de una manera tremendamente intensa”, añadió, mientras su homólogo portugués, Fernando Santos, habla de una “rivalidad histórica”.

Cercanos geográficamente, las dos naciones también lo están deportivamente: cuando la ‘Selecçao’ portuguesa jugó su primer partido en 1921, lo hizo contra la española, que ganó 3-1 en Madrid para poner las bases de un dominio duradero sobre su vecino.

Para los portugueses, la España del fútbol es ese hermano mayor molesto y a la vez admirado, dispuesto a dejar a los clubes locales sin sus mejores jugadores. El Real Madrid y el Barcelona, que acumulan 18 Ligas de Campeones entre los dos, miran por encima del hombro a Benfica (2 trofeos) y Oporto (otros 2).

Complejo de inferioridad

“En el plano deportivo, siempre hemos sufrido un complejo de inferioridad”, reconoce el historiador portugués Francisco Pinheiro, de la Universidad de Coimbra.

“Antes de la Eurocopa-2016, siempre volvíamos a unos esquemas culturales definidos: el fado y su fatalismo, las ideas de derrota honorable o de victoria moral”.

Y el hecho de que en los años 1930, Portugal tropiece siempre con España en su camino hacia los Mundiales, con algunas derrotas memorables como el 9-0 sufrido en 1934, ha mantenido la idea de una relación de fuerzas desequilibradas.

“No sólo en el fútbol, en casi todo también”, constata Manuel Pereira, corresponsal en España del diario deportivo A Bola desde hace tres décadas.

“España es un país mucho más grande (46 millones de habitantes frente a 10 millones), interesa muchísimo más lo que pasa en Francia que lo que pasa en Portugal. Para los españoles, Portugal es todavía un país bastante desconocido (…) no se le hacía mucho caso”, resume.

Deportivamente, las cosas se reequilibraron en los años 2000, cuando Portugal empezó a producir Balones de Oro como Luis Figo y Cristiano Ronaldo o entrenadores de renombre como José Mourinho.

‘De tú a tú’

En 2004, la Eurocopa de Portugal vio a la ‘Selecçao” eliminar a la ‘Roja’ en la fase de grupos con una victoria 1-0, vivida como un horrible partido en España.

Los españoles se tomaron la revancha después (1-0 en octavos de final del Mundial-2010, victoria en los penaltis en semifinales de la Eurocopa-2012), pero la rivalidad fue subiendo, especialmente con una demostración 4-0 de los portugueses frente a una reciente campeona del mundo en noviembre de 2010.

“Cada gol que marcaba Portugal era una fiesta, no sólo porque era España, sino porque ¡eran los campeones del mundo! Fue una noche inolvidable para el fútbol portugués”, recuerda Manuel Pereira.

En lo que se refiere al palmarés, los portugueses han acabado por estrechar un poco la brecha con su vecino español, campeón del mundo en 2010 y tres veces campeón de Europa (1964, 2008, 2012): la Eurocopa-2016 conquistada en Francia por el equipo de Cristiano, primer gran título, ha hecho evolucionar las mentalidades en el país.

“Hemos podido reequilibrar un poco las fuerzas”, se alegra Manuel Pereira, para quien el fatalismo portugués no tiene razón de ser antes el próximo choque del viernes.

“Portugal no va entrar al campo con complejo de inferioridad, al contrario, van a jugar de tú a tú”, advierte.

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