Una oda a la desidia es lo que se refleja al transitar por el viejo forjador de talentos tachirenses; la plaza Venezuela se encuentra en terapia intensiva y nadie hace nada para sanarle, más interés gira en torno a las diferentes actividades lucrativas que alrededor del escenario para mejorar sus instalaciones.
Testigos aseguran que desde las 6 de la mañana, todos los días, la cancha comienza a llevar “pata”, llegando hasta altas horas de la noche; es decir, es un teatro que durante todo el día tiene personas adiestrando su fútbol sobre su bastante deteriorado engramado sintético.
Gran parte de la grama artificial se encuentra en paupérrimas condiciones, cráteres caracterizan la zona medular del rectángulo de juego, los cuales en varias oportunidades interfieren en el libre transitar del balón, pues el esférico pica de mala manera y cambia su lógico curso.
Aunque su administración directa está a cargo de una junta privada, la cual también entra dentro de la responsabilidad sobre el mantenimiento, además de velar por el buen estado de las instalaciones, pues la misma recibe ingresos debido al alquiler de la cancha a escuelas de fútbol, comunidades aledañas y diversas ligas que se benefician de su engramado; el Instituto del Deporte Tachirense (IDT) tampoco hace nada por esta novedad, siendo el representante gubernamental ante las instalaciones deportivas de la ciudad y el estado.
Desgraciadamente el campo deportivo se ha convertido en una bandera política para los dirigentes sociales del Táchira, empresarios y funcionarios públicos, (por no dar nombres) se han comprometido a luchar por su reparación, algunos colocando como fecha de restauración tentativa el mes de enero del 2017; sin embargo, hoy día no se ha movido ni una sola de sus varias piedras y con el trajín de la rutina la cancha se va deteriorando más.
Vecinos del sector y jugadores de todas las edades hacen un llamado a quien pueda interesarle, para que se aboquen a atender el campo de la plaza Venezuela, y de esta manera cumplan con el compromiso social que todo venezolano debe tener para con la patria, invirtiendo en el deporte, como mecanismo proyector de futuras generaciones atléticas. (Favio Hernández)