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La FIFA ha permitido que un dirigente del fútbol de Croacia acuda a un palco vip el miércoles para presenciar la semifinal mundialista entre ese país e Inglaterra, pese a que el mes pasado se le halló culpable en un caso de corrupción relacionado con el traspaso de Luka Modric.
El sábado, cuando Croacia se impuso a Rusia en los cuartos de final, el dirigente, cuyo puesto es comparable al de director general de la federación, se sentó en la misma fila de asientos que la presidenta Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, y que el primer ministro ruso Dmitry Medvedev.
Damir Vrbanovic ha conservado su puesto desde junio, cuando una corte croata lo sentenció a tres años de prisión. El artículo 68 del código disciplinario de la FIFA prohíbe que ocupen puestos las personas “declaradas culpables de cargos penales en los últimos cinco años”.
Sin embargo la FIFA ha decidido que la sentencia no es definitiva, pues Vrbanovic, ex director general del Dinamo de Zabreb, ha presentado una apelación ante un tribunal superior.