Tras un nefasto 2016 para el balompié venezolano, a nivel de selecciones, el presente trajo nuevamente la esperanza, aquella que se tuvo en un momento y que luego se perdió; sin embargo, a finales de este periodo volvió, gracias a una camada veinteañera y juvenil que revolcó al ámbito internacional con sus grandes hazañas y que hoy representa el futuro utópico de poder ver al tricolor nacional en una Copa del Mundo.
A sabiendas de la frustración y decepción que dejó el proceso eliminatorio hacia Rusia- 2018, el objetivo principal se concentra en cinco años más allá, lo que vendría siendo el mundial de Catar-2022.
Para la cita de los zares se comenzó con el pie izquierdo. De la mano de Noel Sanvicente, la Vinotinto apenas pudo acumular un punto en seis fechas de las eliminatorias, una cantidad de valiosas unidades que se perdieron de cara a una ansiada clasificación.
Luego vino Rafael Dudamel y le cambió la cara a la selección, pues por lo menos logró cuatro unidades en seis salidas más, cerrando así el 2016. No obstante, con el actual año llegó el Campeonato Sudamericano Sub-20, a mediados de enero, un certamen en el que el combinado Vinotinto se mostró mansamente. Cuatro empates en la primera ronda le dieron el tercer puesto para acceder al Hexagonal Final, en donde totalizaron siete unidades y quedaron ubicados en la tercera plaza, la cual le concedió un boleto para la Copa del Mundo de la categoría, a realizarse en mayo, en Corea del Sur.
Se debe admitir que, sin muchas expectativas, Venezuela llegó a esa cita con un plantel que poco a poco fue tomando protagonismo y arrojando los nombres del guardameta Faríñez, Jefferson Soteldo, Yangel Herrera, Sergio Córdova, entre otros. Venezuela debutó con un golpe sobre la mesa al derrotar a la siempre favorita Alemania por 2 tantos a 0; luego golearon 7 – 0 a la débil Vanuatu, y sin guardarse nada vencieron por la mínima a México, asegurando la primera plaza del grupo.
De allí en adelante la agonía iba a ser partícipe en cada duelo criollo; derrotaron 1-0, y en tiempo extra, a Japón en Octavos de Final; 2-1 a Estados Unidos en Cuartos de Final, también en tiempo extra; 4-3 por penales a Uruguay en Semifinales. La Final les emparejó ante Inglaterra y con un buen juego, meritorio y generando bastante opciones de gol, incluso habiendo errado un penalti, no pudieron vencer a los europeos y un descuido defensivo les llevó a que le encajaran el único tanto del partido, quedándose con un honroso pero amargo subcampeonato.
Una vez pasada la página del Mundial, Dudamel subió algunas de esas piezas al seleccionado absoluto; Córdova, Faríñez, Sosa, Velásquez, los dos Hernández, Herrera, Lucena, Soteldo y García vieron acción con la de mayores, teniendo en cuenta que la eliminación rusa era un hecho el estratega buscó, más bien, acoplar este talento a un panorama mucho más competitivo y serio.
El 23 de marzo se empató a dos contra Perú en Maturín, donde algunos Sub-20 estuvieron allí. Después vino un revés contra Chile en Santiago. Fue en los últimos cuatro encuentros eliminatorios en los que Venezuela cambió -radicalmente- su cara y dijo basta de ser la comidilla, se convirtió en un seleccionado que les aguó y complicó la clasificación a Colombia y Argentina, pues ambos contaban con los puntos de la “Cenicienta”.
A los neogranadinos se les empató a 0 en San Cristóbal, misma escena que la de los uruguayos. Sorprendieron a la Argentina y por poco le derrotan en Buenos Aires, a última hora un autogol nuestro le dio el empate a uno y la unidad que mantuvo a la “Albiceleste” viva hasta la última fecha. Y como si fuera poco, cierran con broche de oro ganándole a los paraguayos en su casa, por la mínima; los guaraníes estaban dentro de la Copa del Mundo, pero esa derrota les sacó de acción.
Nos quedamos con los cuatro últimos compromisos de Venezuela en el año, los que nos invita a soñar con llegar a Catar. Algunos ‘caballos’ seguirán para guiar a estos jóvenes, quizás Salomón, Rincón, Martínez, ya la decisión recae sobre Dudamel. Pero sí hay que tener en cuenta que la Vinotinto volvió a mutar y que de ahora en adelante será una nueva historia para el fútbol venezolano. La primera prueba de fuego será la Copa América Brasil- 2019, y de allí en adelante afrontar las venideras eliminatorias.
Favio Hernández