ABU DABI, (AFP).- Nico Rosberg cumplió su sueño y cerró la boca de sus detractores este domingo en Abu Dabi al convertirse en el campeón mundial de Fórmula 1, lo que le permite alcanzar en el palmarés a su padre Keke, que logró la gran corona en 1982.
No lo tuvo fácil el alemán de origen finlandés. Batió a la gran referencia de la Fórmula 1 moderna, su compañero en Mercedes. Lewis Hamilton, ganador en Abu Dabi.
De esta forma demostró a Bernie Ecclestone, el promotor histórico de la competición, que hay otros grandes pilotos en el paddock y que es más que el ‘segundón’ de Mercedes, ganando un título en el que ha demostrado estar a la altura de la estrella de la competición.
Su padre Keke, el finlandés con bigote, solo necesitó ganar una carrera para proclamarse campeón mundial en 1982 con un Williams. Luego ganó otras cuatro entre 1983 y 1985. Nico ya lo ha hecho mucho mejor, sumando 23 victorias desde 2012, 9 de ellas este año.
Tras sufrir ante el poderío de Hamilton en 2014 y 2015, Rosberg siguió trabajando con sus ingenieros, perfeccionando los reglajes y las salidas para convertirse en un mejor piloto.
El hijo de Keke también adquirió el nivel de confianza necesario. Estas últimas semanas se ha mostrado muy sereno y relajado, cuando Hamilton intentaba en vano desestabilizarlo.
De padre finlandés y madre alemana, Rosberg nació el 27 de junio de 1985 en Wiesbaden. Luego creció en Mónaco y se inició en el automovilismo con los kartings a la edad de 6 años, como Hamilton, del que fue compañero en esta categoría en 2000 y 2001, época en la que los dos adolescentes eran los mejores amigos del mundo.