La patinadora holandesa sobre hielo Lara van Ruijven, bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, falleció este viernes a los 27 años en un hospital de Perpiñan, Francia, por las complicaciones derivadas de una enfermedad autoinmune.
Van Ruijen ingresó el pasado 25 de junio en un hospital de Perpiñán, donde se encontraba concentrada junto al resto de la selección holandesa, debido a “serios problemas de salud”, explicó la Federación Holandesa de Patinaje en un comunicado.
Cuatro días después tuvo que entrar en una Unidad de Cuidados Intensivos y se le indujo un coma artificial.
En el centro médico, “una reacción autoinmune condujo a complicaciones graves. El sangrado interno, especialmente en el cerebro, empeoró rápidamente la situación”, dijo la federación. Las dos operaciones a las que fue sometida no pudieron evitar la fatal noticia y Van Ruijven falleció acompañada de sus seres queridos.
“Es una noticia surrealista, horrible”, dijo el seleccionador de Países Bajos, Jeroen Otter. “Su pérdida se sentirá en el mundo del deporte, es un golpe muy duro para nuestro equipo”, añadió.
La deportista consiguió el bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018, en la categoría de relevo femenino de 3.000 metros de patinaje de velocidad. Se proclamó campeona del mundo un año más tarde en la prueba de 500 metros del Mundial en Pista Corta celebrado en Sofía, Bulgaria.
Una de sus compañeras, la medallista de oro Suzanne Schulting, expresó sus condolencias desde su cuenta personal de Twitter.
“Descansa en paz querida Lara. Una vez me dijiste, antes del inicio de mi debut en la final del Campeonato de Europa, que iba a salir todo bien. Te dije lo mismo hace dos semanas, pero no funcionó. Te voy a echar mucho de menos. Te quiero”, escribió Schulting.