BUENOS AIRES (AFP) – Lanús sacará a relucir su juego y su mística para revertir el 1-0 en contra que se llevó de Brasil ante un Gremio decidido a mantener la ventaja, en la final de la Copa Libertadores 2017 que se disputará el miércoles al sur de Buenos Aires.
Los ‘granates’ sueñan con alzarse con su primera Libertadores y marcar un hito en su historia, tras haber alcanzado una inédita final del torneo continental, cuando sorprendieron a todos dejando atrás al poderoso River Plate, en una épica semifinal.
Gremio va en búsqueda de su tercer título (1983, 1995) pero sin margen de error tras la escasa ventaja lograda en un flojo partido de ida en el que los 55.000 hinchas debieron esperar hasta el minuto 82 para desahogarse con un grito de gol de Cícero.
Ahora serán los 40.000 simpatizantes de Lanús que esperan poder explotar de alegría en la “Fortaleza”, su estadio remodelado a 10 km al sur de Buenos Aires, en el partido definitorio.
El DT dijo que Lanús no cambiará “la manera de jugar, tenemos jugadores para hacerlo”, convencido de que “el Granate” está en capacidad de dar vuelta la serie sobre todo con el apoyo de su gente.
Almirón ya tiene casi todo el equipo en la cabeza: “La única duda es en la defensa; tengo un día más para probar”. No podrá contar con el suspendido zaguero Diego Braghieri.
Pruebas no le faltan. La más cercana es sin duda la proeza de la semifinal cuando terminó derrotando a River Plate 4-2 tras ir en desventaja 1-0 en el partido de ida y 2-0 en la vuelta.
Lanús y Gremio juegan por la gloria en la final de la Libertadores
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