Lionel Messi vive una temporada de contrastes, pero el argentino está a apenas dos tantos de llegar a 500 con el FC Barcelona. Podría alcanzar esa simbólica cifra el miércoles, en el crucial partido ante la Juventus en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, o quizás el domingo en el Clásico ante el Real Madrid.
Messi, como el resto de sus compañeros del Barça, está ante una semana que marcará el rumbo del resto de temporada.
Luces y sombras
A sus casi 30 años, el astro argentino está viviendo un momento lleno de paradojas: el cinco veces ganador del Balón de Oro presenta estadísticas brillantes, pero está viviendo también momentos deportivos con altibajos por resultados que no son precisamente los mejores.
Todavía le duele la caída de Argentina en la final de la Copa América del año pasado y la pérdida del pulso con Cristiano Ronaldo para el último Balón de Oro.
Con la selección Albiceleste protagonizó una breve retirada, tras la decepción de la Copa América, pero volvió. Su último disgusto con el equipo nacional ha sido la suspensión por cuatro partidos por haber insultado a un árbitro asistente.
Pero pese a esos golpes anímicos, Messi continúa siendo Messi y sobre el campo es la estrella del Barcelona.
Con el equipo azulgrana ha conseguido 45 tantos en 44 partidos oficiales este curso. Es el máximo anotador (29 dianas) de las grandes ligas europeas y también lidera la tabla de goleadores de la Liga de Campeones (11 tantos).
Ese ritmo frenético le ha llevado a acumular un total de 498 goles con la camiseta del Barcelona, a apenas dos de los 500. Todo eso en vísperas de una semana en la que Luis Enrique Martínez necesita más que nunca la magia de la ‘La Pulga’.
Mucha más influencia
Esta temporada, el equipo catalán parece más dependiente que nunca de su genio argentino, coincidiendo con que se ha reducido la influencia en el juego del capitán Andrés Iniesta, que ha tenido problemas con las lesiones.
Messi, vicecapitán, ha llevado el brazalete muy a menudo. Y también muy frecuentemente ha animado el juego ofensivo del Barça, encontrándose en el último o el penúltimo pase en favor de sus habituales compañeros del trío ‘MSN’, Luis Suárez y Neymar.
“Hemos visto temporadas en las que Leo era casi exclusivamente un goleador y ahora es un futbolista total, capaz de hacer lo que quiera en ataque y en defensa”, subraya su entrenador, Luis Enrique.
Por todo ello ha surgido el fantasma de una “Messidependencia”: si el jugador rosarino está bien, el Barça suele funcionar. Pero si los defensas rivales le neutralizan, como hizo la Juventus el martes de la pasada semana (3-0 para los italianos), el Barcelona no se encuentra.
El anuncio de la marcha de Luis Enrique al término de esta temporada ha eclipsado en parte las especulaciones sobre el futuro de Messi, pero en las próximas semanas la prioridad para el Barça es renovar a su estrella, que acaba contrato en 2018.
Dos Everest seguidos
Los próximos días ponen a examen la capacidad de Messi para responder en los momentos clave: el Barça se la juega el miércoles en la Liga de Campeones, con la obligación de levantar un 3-0 adverso ante la Juventus en los cuartos de final, y luego se enfrentará, apenas cuatro días después, como visitante al Real Madrid en la Liga española.
La prensa catalana no oculta que está pensando en Messi para salir del aprieto.
El argentino “será vital contra la Juventus”, según el Mundo Deportivo, mientras que para Sport es el hombre con el que se puede “soñar con la remontada”.
En la hazaña del 6-1 en la vuelta de octavos de final ante el París SG, Messi cedió el protagonismo a otros compañeros, pero ahora se espera que pueda batir por fin a Gianluigi Buffon.
Tampoco será fácil el desafío del Clásico del domingo, ya que una derrota dejaría al Barcelona casi fuera de la carrera por la Liga. Pero Messi se inspira ante el Real Madrid, frente al que consiguió 21 tantos.
(AFP)