No hay duda de que la política de fichajes de Florentino Pérez en el Real Madrid ha variado en las últimas temporadas. Atrás quedaron los veranos en los que el conjunto blanco incendiaba los rotativos y dinamitaba el mercado tras realizar grandes desembolsos para contratar la estrella del momento, al futbolista más deseado, como fueron Figo, Zidane, Cristiano Ronaldo o Bale.
James se puede considerar la última gran estrella en enfundarse la camiseta blanca, con permiso del cancerbero belga Courtois, quien ha llegado este curso al Bernabéu tras pagar la entidad madridista 35 millones de euros por el guante de oro en el Mundial de Rusia.
Por lo tanto, y si solo contabilizamos los jugadores de campo, los cerca de 80 millones gastados en 2014 en el colombiano, quien se encuentra cedido actualmente en el Bayern, son el último recuerdo madridista de aquellos grandes fichajes en nombre y en números.