SAN PETERSBURGO, 9 Jul 2018 (AFP) – “En Bélgica siempre nos habíamos sentido un poco inferiores a otros”, hasta que llegaron los Juegos de Pekín-2008, punto de partida de la ‘generación dorada’ del fútbol belga, que alcanzó las semifinales en la cita china y que 10 años después aspira al título mundial, asegura en una entrevista a la AFP el exseleccionador olímpico de los Diablos Rojos, Jean-François De Sart.
Pregunta: ¿El éxito actual de la ‘generación dorada’ del fútbol belga tiene su origen en la Eurocopa-2007 Sub-21 y en los Juegos-2008, donde en ambos casos se alcanzaron la semifinales?
Respuesta: “El inicio de la aventura comenzó ahí. En ese momento, la selección absoluta no tenía buenos resultados (71ª en el ránking FIFA en junio de ese año) y el fútbol belga estaba dominado por la pesadumbre. Con aquel equipo Sub-21 llevábamos logrando buenos resultados desde varios años atrás. Era la generación de los (Jan) Vertonghen, (Thomas) Vermaelen, (Mousa) Dembélé, (Axel) Witsel, (Marouane) Fellaini, y después Vincent Kompany, que se unió al grupo un año después, para los Juegos. Es el núcleo duro de la actual selección”.
P: ¿Qué cambió esa doble semifinal (2007 y 2008) en el fútbol belga?
R: “Fue sobre todo una cuestión mental, hubo un ‘clic’. En Bélgica siempre habíamos sido un poco temerosos, nos sentíamos siempre inferiores a otros. En nuestros valores estaba siempre el adaptarnos al rival, mientras que los holandeses, por ejemplo, se decían: ‘somos los mejores, nadie nos puede ganar’. Esta generación ha aportado esa ambición deportiva. El hecho de alcanzar las semifinales de la Eurocopa y un año después la de los Juegos hizo ver a esta generación que también eran capaces de luchar por entrar en la élite del fútbol mundial”.
P: Y a partir de aquel momento se entró en una especie de círculo virtuoso…
R: “Sí, ya que 2008 fue también el año en el que Vincent Kompany pasó del Hamburgo al Manchester City. Fue el primero en marchar al extranjero para hacer carrera como profesional y eso estimuló al resto de jugadores. Y hoy vemos dónde están; son todos jugadores importantes en clubes grandes de la Premier League. Su calidad, pero también su trabajo les ha convertido en los jugadores de alto nivel que son en la actualidad”.
P: ¿Cuál fue el papel en todo este proceso de la Federación Belga?
R: “Las grandes decisiones se tomaron en los años 1990, con una nueva manera de ver la formación de los jóvenes. Se partió de cero a nivel de la Federación. Por ejemplo, se decidió jugar con el 4-3-3 y aplicar la defensa en zona y toda esta filosofía claramente definida se transmitió a todos los entrenadores. Todo el mundo iba en la misma dirección. La revolución del fútbol alemán comenzó después de la nuestra, pero ellos lo lograron más rápido al disponer de más medios y una reserva de jugadores mayor.
P: ¿Bélgica se ha convertido en la gran cantera de talentos en el mundo?
R: “Actualmente, cuando vas al extranjero y dices que eres belga, automáticamente se tiene un respecto por todo esto. Nos preguntan cómo lo hacemos. La formación en Bélgica es extraordinaria, ¿cuál es el secreto? También hay un concurso de circunstancias. Jugadores como Courtois, Kompany, Fellaini, Witsel, De Bruyne, Lukaku, Hazard están todos a la vez en el equipo. Es extraordinario. Quitando a Brasil o Francia, creo que no hay más equipos en los que hayan coincidido talentos de tan alto nivel”.
P: ¿Qué ha aportado el seleccionador Roberto Martínez a este equipo?
R: “Ha convencido a los jugadores de que pueden ser campeones del mundo. Siempre ha mostrado una gran confianza en este grupo, no solo tras la victoria contra Brasil (en cuartos). Quizá por ser extranjero le ha sido más fácil aportar esta confianza, esta serenidad, esa mentalidad ganadora para convencer a los jugadores de que ‘sí, podemos ser campeones del mundo’. Y también, por ser extranjero, ha acabado con las viejas disputas identitarias entre flamencos y valones”.