MILÁN, (AFP) – Una Italia al borde del precipicio, superada por Suecia en la ida (1-0), deberá despejar dudas y apelar a su historia el lunes en Milán (19h45 GMT) para lograr su billete al Mundial, una competición a la que la Azzurra no falta desde 1958.
“Es necesario que todo cambie para que todo siga igual”, como cita la novela El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. La selección italiana deberá mostrar una cara radicalmente diferente de la presentada los últimos meses para que el Mundial pueda contar con una de las selecciones más emblemáticas de la historia.
Pese a las pobres sensaciones, los italianos apenas concebían hasta el viernes pasado la posibilidad de no acudir a la cita planetaria.
“No es posible. No puedo creerlo. Sinceramente, la idea no se nos había pasado por la cabeza. Un Mundial sin Italia en nuestro imaginario colectivo es más improbable que el aterrizaje en la Plaza de San Pedro de una nave espacial llegada de Saturno”, se podía leer la semana pasada en el periódico la Gazzetta dello Sport.
Pero a un día del partido decisivo muchos temen un verano (boreal) sin poder ver a la Azzurra en la mayor fiesta futbolística del mundo.
Solo los mayores de 60 años recordarán un Mundial sin Italia. En efecto, la Azzurra sólo se perdió dos Mundiales; el primero, en 1930, porque rechazó la invitación, y el de 1958… en Suecia, cuando Irlanda del Norte le superó en la clasificación.Ganadora de cuatro Mundiales (1934, 1938, 1982 et 2006), su ausencia también se haría notar en Rusia.¿Pero cómo la Nazionale, después de cuajar una digna Eurocopa en 2016 (cuartofinalista) puede hallarse en esta situación desesperada?
Superados por una España infinitamente mejor en la fase de grupos, Gianluigi Buffon y sus compañeros acusan todavía la dura derrota sufrida en septiembre en Madrid (3-0).
Italia lo juega todo ante Suecia en el repechaje
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