Un curioso hecho se dio en Joinville, Santa Catalina en Brasil, mientras se realizaba la acostumbrada ceremonia de traslado de la llama olímpica, un espontáneo salió de la nada con un extinguidor de incendios tratando de apagar el pebetero olímpico, cosa que no logró y por el contrario terminó siendo detenido por la seguridad.