MADRID/BARCELONE, (AFP) -Convertidos en los capitanes respectivos del FC Barcelona y del Real Madrid, los experimentados Andrés Iniesta y Sergio Ramos se enfrentan el sábado en un nuevo clásico liguero español, del que ambos llevan jugados más de una treintena cada uno.
– Ramos, un guerrero con altibajos –
Al cumplir sus treinta años el miércoles, Sergio Ramos fue homenajeado con un pequeño vídeo, en el que se ve a Cristiano Ronaldo resumir el espíritu competitivo del defensa andaluz: “Es un gran capitán, que da la cara siempre”.
Ramos, que llegó al Real Madrid en 2005, heredó el brazalete de capitán el verano pasado tras la salida del portero Iker Casillas hacia el Oporto.
El sevillano, de niño, quería ser futbolista o torero. Sus compañeros elogian sus cualidades guerreras: lesionado, jugó infiltrado el clásico de la primera vuelta, sin poder impedir la derrota 0-4 frente al Barça en el Santiago Bernabéu.
También fue él quien marcó ‘in extremis’ en la final de la Liga de Campeones 2014 contra el Atlético de Madrid (4-1 en la prórroga) permitiendo al Real Madrid conseguir en la prolongación su anhelada décima Copa de Europa de la historia del club.
“Para mí, un capitán debe dar ejemplo a todos los niveles”, dijo el verano pasado al firmar su renovación hasta 2020, añadiendo que “es un vestuario complicado por culturas y costumbres diferentes, pero tendremos que remar todos en la misma dirección”.
No obstante, esta temporada el Madrid y Sergio Ramos han vivido varios sobresaltos, especialmente el jugador por las lesiones: una luxación del hombro, después un problema en el muslo y más recientemente dolores lumbares han impedido al internacional español (131 partidos disputados) brillar a su nivel habitual.
Además, este completo defensa se ha visto a veces superado por su principal debilidad, la desconcentración, como a mediados de marzo en la victoria en Las Palmas (2-1), donde fue expulsado en el tiempo de descuento.
Los aficionados madridistas esperan con ansia su vuelta el sábado en el Camp Nou (18h30 GMT) para el 32º ‘clásico’ de su carrera, lo que, sin duda, es una mala noticia para los hinchas azulgranas.
– Iniesta, un mago discreto –
La capitanía que ejerce Iniesta es menos expansiva. El experimentado centrocampista ofensivo (31 años) es un líder técnico y un sabio al que se escucha, pese a su comportamiento discreto y su voz suave.
El vestuario lo eligió como primer capitán barcelonista el verano pasado tras la marcha de Xavi, del que fue durante mucho tiempo el cómplice en el campo y de quien ha heredado tanto el brazalete como la misión de director de orquesta del Barça.
“Es diferente, ahora no tengo a nadie por encima”, comentó el miércoles en rueda de prensa, añadiendo que “es una responsabilidad muy bonita y especial. La vivo con naturalidad, aunque un capitán sin compañeros no es nadie”.
Indispensable por su mágico toque de balón y su visión de juego, ‘Don Andrés’ es un pilar para el técnico azulgrana, Luis Enrique, que no ha dudado en no forzarlo y darle descansos en esta larga temporada que termina en verano con la Eurocopa-2016 en Francia (10 de junio-10 de julio).
Como consecuencia, el héroe de la España campeona del mundo de 2010 parece llegar en forma para el clásico del sábado y la recta final de la temporada, a pesar de una pequeña molestia muscular en estos últimos días.
“Me siento mejor”, afirmó el miércoles, concluyendo que “esta temporada me he encontrado muy bien. Es de las temporadas que más estoy disfrutando cuando juego, a nivel individual y colectivo”.
En el clásico de noviembre, Iniesta marcó un gol magnífico, su único tanto esta temporada, algo que podría cambiar el sábado en el Camp Nou en el 33º clásico de su carrera.
Iniesta y Ramos, capitanes con historia
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