BUENOS AIRES, Dic 2017 (AFP) – La mística de los brazos en alto como saludo de los jugadores en el centro del campo de aquel Independiente que fue Rey de Copas, con 16 trofeos, volvió al ruedo y en otra final con el brasileño Flamengo, 22 años después.
Los ‘diablos rojos’ dieron la vuelta olímpica en 1995 con la Supercopa en sus manos, en el legendario Maracaná. Perdieron 1-0 con el ‘Fla’ pero habían ganado 2-0 en su estadio de la ciudad de Avellaneda (suburbio sur).
“Ya lo hicimos una vez, ¿porque no repetirlo?”, escribió en su cuenta de las redes sociales Gustavo López, quien era goleador en la delantera de aquella escuadra. “El premio, les aseguro, es hermoso, el esfuerzo vale la pena!!!!!#vamosindependiente”, dijo López.
El atacante argentino era una de las figuras de aquel conjunto. En las filas rojinegras militaba ‘el Chapulín’ Romario, uno de los más grandes futbolistas de la era contemporánea.
“Que bueno que nuevamente se cierre en el Maracaná, porque, así como la primera vez, nos motivaba la posibilidad de dar la vuelta en ese escenario histórico. Ahora a jugar a lo @Independiente buen fútbol y con el cuchillo entre los dientes. Allá nos vemos. #rojopordemolicion”, relató en su cuenta de Twitter Miguel Ángel López, DT del campeón de la Supercopa-1995.
Y no se privó ‘El Zurdo’ López de cantar en las redes por el regreso a la gloria: “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez….”.
El miércoles jugará el ‘Rojo’ en su estadio Libertadores de América la primera final con el ‘Mengao’. Una semana después será la revancha en Rio de Janeiro.
Por el trono
Independiente está empeñado en recuperar el trono perdido. Ganó siete veces la Copa Libertadores, cuatro de ellas consecutivas en la década de los años 60. Conquistó tres veces la Copa Interamericana, dos la Supercopa Sudamericana, una la Copa Sudamericana, una Recopa Sudamericana y dos Intercontinentales.
“Me gustaría estar ahora en el lugar de todos esos grandes jugadores” que tuvo Independiente, declaró el volante ofensivo Ezequiel Barco, la joya del conjunto que se clasificó a la final tras eliminar a un duro y fogueado Libertad de Paraguay.
Barco tiene sólo 18 años y ambiciones de campeón. “Soñamos con meter un ‘Maracanazo’. Será hermoso jugar en esa cancha inmensa que va a estar repleta. Me imagino levantando la Copa”, afirmó.
A Barco lo tutela el mayor ídolo histórico de Independiente, Ricardo ‘El Bocha’ Bochini. “Me dio consejos que me han servido. Él era un jugadorazo que le ha dado muchísimo a Independiente”, afirmó el mediocampista de ataque.
Sabiduría
A Independiente lo guía desde la dirección técnica Ariel Holan, un exentrenador de hockey, obsesivo e innovador. Revolucionó métodos al usar drones en los entrenamientos. Al principio, los hinchas lo miraban con desconfianza.
“Está completamente loco”, dijo risueño y a modo de comentario simpático Nicolás Tagliafico, columna defensiva de los ‘diablos rojos’. “Tiene grabados todos los entrenamientos y nos muestra los videos para corregir errores”, agregó el zaguero.
Pero también Holan hizo honor a la rica historia del club. Abrió las puertas de las prácticas y la concentración a viejas glorias. “Me emocionan sus historias y nos cuentan anécdotas”, comentó Barco de la importancia de poder heredar un ADN de campeones y cracks.
“A los hinchas más grandes de edad les hace recordar a los equipos que ganaron todo”, dijo el goleador, Emmanuel Gigliotti.
Independiente, como su vecino y archirrival Racing, conoció tiempos de decadencia y el descenso a la segunda categoría. La crisis se originó en malas administraciones. Ahora lo conduce Hugo Moyano, el mayor líder sindical del país, retirado pero con influencia desde las sombras.
La última copa ganada fue justamente la Sudamericana-2010. Superó a otro brasileño, Goiás. Este año, el Rey de Copas está de nuevo en carrera, con la mística recuperada.
