“Esperamos probar en el transcurso de este año que nuestro mildronat (nombre con el que se comercializa el medicamento) no debe estar en esa lista”, dijo el jefe de la farmacéutica letona Grindeks, Juris Bundulis, en una entrevista publicada hoy por el diario “Neatkariga Rita Avize”.
La AMA prohibió el uso de la sustancia desde comienzos de 2016, pero Bundulis asegura que a Grindeks no se le comunicaron los motivos para tomar esa medida.
El caso más sonado de positivo por meldonium es el de la estrella del tenis Maria Sharapova, que sorprendió la semana pasada al anunciar ella misma que no había superado el test en el Abierto de Australia.
Tras una fase de observación en 2015, el producto fue incluido en la lista de sustancias prohibidas por la AMA a partir del 1 de enero de 2016.
Además de Sharapova, alrededor de cien atletas de la Europa del Este fueron cazados en controles antidoping desde comienzo de año por el consumo de meldonium.
Entre tanto, Grindeks recibió numerosas consultas sobre el medicamento, aseguró Bundulis. “Publicidad con Sharapova, ¿qué más se puede pedir?”, bromeó el directivo.
El bioquímico letón Ivars Kalvins, que inventó el medicamento en los tiempos de la Unión Soviética en los años 70, tampoco considera el meldonium como doping.
En su opinión, el producto ayuda a los atletas a soportar altas cargas de trabajo y protege el cuerpo de la falta de oxígeno. “Es tanto para pacientes del corazón como para deportistas, ya que en ambos -aunque por diferentes motivos- se deteriora el músculo cardíaco”.
El farmacólogo inglés Mark Stuart reveló hace poco en un estudio que en los primeros Juegos Europeos, celebrados en 2015 en Bakú, se detectó meldonium en la orina de 66 de los 762 atletas controlados, aunque entonces todavía no era ilegal.
El mildronat es uno de los productos farmacéuticos más exitosos de Letonia.
Los mayores ingresos de Grindeks provinieron en 2015 de la vecina Rusia, donde se consumen unos 29 paquetes por cada 1.000 habitantes. En el mercado letón, la cifra sube a unas 86 cajas por cada 1.000 personas.
Según Grindeks, existen unos diez fabricantes genéricos, sobre todo en Rusia y Ucrania, que distribuyen preparados similares.