Poco más de media hora, treinta insignificantes minutos. Es el tiempo que ha estado Neymar en la Ciutat Esportiva del Barcelona, y también el que marca su despedida. Detalles sintomáticos; el delantero ha llegado el último a las instalaciones y se ha ido el primero. Todo ello durante en ese breve intervalo, ya que no ha entrenado tal y como estaba previsto.
Según adelantó ‘RAC1’ y confirmó la propia entidad, “ha comunicado a sus compañeros que abandona el club”. La respuesta del Barça: “la cláusula son 222 millones”. Vino para marcharse. Puede ser la metáfora ideal de dos semanas con el Paris Saint-Germain al acecho para contratarle, ya que tiene permiso para “resolver su futuro”.
Horas más tarde, el Barcelona ha emitido un comunicado en el que confirma que tanto el jugador como su padre y agente han expuesto en las oficinas del Camp Nou su deseo de irse de la entidad. “Ante esta posición, el club les ha remitido a la cláusula de rescisión de su contrato en vigor, que desde el 1 de julio es de 222 millones de euros, y que deberá ser abonada en su totalidad”, indica el texto.
Poco después de que el equipo se pronunciara, un asesor del jugador ha asegurado a France Presse que el PSG presentará a Neymar a lo largo de esta semana.
Sobre la prima de fichaje de 26 millones de euros, la institución barcelonista es también muy clara en su documento: “En respuesta a esa reclamación sobre su cobro, el club les ha reiterado que está depositada bajo notario hasta la resolución del caso”. Neymar dispondrá de unos días de asueto con permiso para no entrenar y así cerrar este embrollo, aunque todo hace indicar que abandonará Barcelona en las próximas horas.
Queda por tanto saber cuál será la fórmula elegida para cerrar la operación. Sobre todo porque la UEFA está pendiente de cada movimiento por si la entidad francesa incumple el juego limpio financiero, y la Liga tampoco pierde la atención con ese propósito por si acaso.
Neymar, mientras tanto, ha vivido en una realidad alternativa. O es la que ha explicado en sus redes sociales, dejándose los megas colgando imágenes de su tiempo libre como si nada estuviera pasando a su lado.
Como si no fuera a protagonizar el traspaso más elevado de la historia del fútbol, superando al de Paul Pogba (105 millones de euros) y Cristiano Ronaldo (96). Con todo, su etapa en el Barcelona toca a su fin. Ahora quiere vivir lejos de la espalda de Leo Messi, a quien admiró en su presentación hace cuatro años. El tridente está a punto de ser historia.
(Vía El Mundo)