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El deporte de los puños marcha a la deriva

El deporte de los puños siempre ha sido un inquilino en locales de la región. (Fotos/La Nación.)
El deporte de los puños siempre ha sido un inquilino en locales de la región. (Fotos/La Nación.)

El boxeo tachirense, uno de los deportes errantes de nuestra región, sigue su lucha en procura de obtener la ayuda oficial y que, de una buena vez, le asignen una instalación para sus tareas.

La situación por la que atraviesa este deporte no es de hoy. Es una situación que comienza desde el mismo momento en que aparecen dirigentes que crean un romance y se dedican a luchar por ponerlo en marcha.

Ahí encontramos a Jorge Mantilla, exboxeador, por allá en la década del 70, y luego de su retiro se dedica a trabajar por la disciplina, por su organización, por formar el semillero, por ubicar esa disciplina en un sitial de honor.

Han pasado los años. El boxeo monta su cuartel general en un sector de La Concordia, concretamente en el Complejo Deportivo Juan Maldonado, y allí se mantiene por varios años.

Intensa actividad, donde participan muchachos cargados de sueños, provenientes de sectores populares, tratando de abrirse camino en un deporte exigente, cruel, difícil, donde no todos pueden llegar.

Primero una labor del fallecido periodista Gustavo Valecillos Rosales, y poco a poco va tomando fueza el deporte, formando jóvenes que se encargarían de representar los colores deportivos del Táchira en eventos regionales, zonales y nacionales.

No es una potencia en el deporte de los puños. Se acude a eventos fuera del estado con buenos resultados y alcanzando medallas, en su mayoría plata y bronce, muy esquivas las de oro.

Transcurre el tiempo y se complican las cosas. La instalación de La Concordia, el viejo galpón de boxeo, no recibe la atención necesaria, se va deteriorando poco a poco y se hace más que complicado realizar allí los entrenamientos de la disciplina.

Cambios en la dirigencia deportiva y el deporte pierde su sede. Anda errante, pidiendo a alguien que lo cobije, pero no aparece quien le tienda la mano. Lo llevan como inquilino a un espacio del Gimnasio de Fútbol Sala, lo que provoca que muchos jóvenes emigren de su soñado deporte, por una serie de situaciones complicadas.

Jorge Mantilla reconoce la decadencia en que se encuentra el deporte de los coliflores. No tira la toalla, espera que un día las cosas mejoren. Que el Instituto del Deporte, con nuevo presidente, y la gobernación del estado, con Laydi Gómez, le puedan tender la mano y retoñen las ilusiones de estos gladiadores.

La organización, dice Mantilla, debe ir de la mano de la dirigencia. Señala que en la actualidad no se ha podido conformar la Asociación de Boxeo y en este punto debe aportar su granito de arena el IDT, orientando a los dirigentes para que cumplan todos los pasos legales para convocar el proceso de elecciones.

Actualmente, señala, cumplen su trabajo clubes que se niegan a desaparecer: Colón, La Machirí, Club de Santa, que promueve el púgil Pedro Martínez; El Piñal, con Apolinar Torres, y en San Cristóbal con Jorge Mantilla y Guillermo Monasterios.

En La Concordia, los muchachos entrenan en el galpón del complejo Juan Maldonado, de lunes a viernes, en horario de 3 a 6 y 30 de la tarde. Apenas acuden 16 atletas, mientras que otros no tienen ni para pasajes y se mantienen ausentes, esperando que mejoren las cosas y así poder llegar al campo de trabajo.

Finalmente, Jorge Mantilla formuló un llamado al Instituto del Deporte para que mejore la instalación, que ahora no cuenta ni con baños, puertas, mostrando un deterioro al máximo, y lo más pronto que puedan suministren material para entrenar a los jóvenes, guantes, sacos y peras, entre otros macundales que requiere el deporte de los puños.

Y no se hacen ilusiones. Saben que la situación que atraviesa el país llega a todos los renglones. El deporte no escapa a la miseria en que se encuentran muchas disciplinas, lo que muestra grises nubarrones sobre la actividad del músculo, no solo en el boxeo en el Táchira, sino en todo el país. Es una realidad que no se puede negar.

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