“Nuestra idea es crear una identidad. Crear identidad de acuerdo a lo que somos como jugadores y como país”. Esta fue una de las máximas del seleccionador nacional Rafael Dudamel, en el conversatorio sobre Fútbol, Captación, Desarrollo y Consolidación del Futbolista Vinotinto, que se desarrolló en San Cristóbal el pasado viernes, en el que estuvo acompañado por tres integrantes de su cuerpo técnico, como Joseph Cañas, preparador físico; Marcos Mathías, asistente y Jeremías Álvarez, coach motivacional.
La actividad se llevó a cabo dentro del marco de su visita a la capital tachirense, con motivo de la realización del décimo primer módulo de entrenamiento de la Vinotinto Sub 20, de cara al Sudamericano 2019 de la categoría.
Con un auditorio de unos 50 entrenadores y formadores del fútbol menor del estado, Dudamel y su cuerpo técnico compartieron la metodología que llevan a cabo tanto en la selección juvenil, como en la absoluta, la cual les permitió alcanzar el subcampeonato mundial en Corea del Sur y con la que aspirar clasificar al mundial absoluto de Qatar 2022.
“Vamos ciudad por ciudad, compartiendo nuestras formas, pero no son verdades absolutas”, dijo el seleccionador nacional, al tiempo que invitó a sus colegas formadores a no cerrarse a los nuevos conocimientos, sino a actualizarse permanentemente y en la medida de lo posible, para que puedan desarrollar sus propios métodos de una manera auténtica, aspecto este que para él es importante cuando de ser técnico se trata.
“Nuestros jugadores nos están midiendo y ven que a veces algunos (entrenadores) se quedan con formas obsoletas. Cuando el jugador se da cuenta de que no eres auténtico, que estás imitando, te pierde el respeto”, aseveró.
Aprender de la experiencia ajena
La premisa de que nadie aprende de la experiencia ajena no cabe en el fútbol, o al menos, no aplica al caso venezolano en el proceso Rafael Dudamel, pues tanto él como su cuerpo técnico admiten, sin temor a sonrojarse, que acudieron a modelos exitosos y tomaron ideas para confeccionar su propio plan de trabajo y que terminó dando grandes resultados en el Mundial de Corea.
Los meses, semanas, módulos, sesiones, horas y partidos de preparación que tuvo la vinotinto subcampeona juvenil y que tiene –y tendrá- la actual Sub 20 no son “números locos” echados al azar, indica Marcos Mathías, sino que se trata de lo que implementaron otros para ir a competencias de alta exigencia y lo lograron.
“Nosotros fuimos a la experiencia ajena para planificar los trabajos de la selección en función del Mundial Sub 20 del año pasado. Las formas de trabajo de José Pekerman o (Oscar Washington) Tabárez fueron algunos de los consultados”, indicó Mathías.
A partir de ese estudio, Dudamel y su gente determinaron que para preparar una selección de talla mundial se necesitan al menos 18 meses, divididos en tres etapas: la de observación y preselección, la de selección y desarrollo, y una última de consolidación y perfeccionamiento.
“No podemos saltarnos ninguna, porque puede afectar el rendimiento final. Cada una tiene seis meses de trabajo y la idea es ir de menos a más”, dijo por su parte Joseph Cañas.
El resultado final debe ser una selección en la que “entiendan todos lo mismo, que sepan a qué jugamos, tanto colectiva como individualmente; así como que el jugador reúna las características de un futbolista de selección con calidad de exportación”, puntualizó Dudamel.
Torneos Sudamericanos, exigentes y difíciles
Los torneos sudamericanos juveniles están entre los más exigentes y difíciles, por encima de los Mundiales, por el hecho de que las selecciones deben prepararse para disputar nueve partidos en 21 días de competencia, uno cada 48 horas; mientras que en el Mundial se juega una vez cada cinco días.
“Para poder desarrollar fútbol a ese nivel, el jugador debe estar bien dotado físicamente, para que rinda técnica y tácticamente”, apuntó Joseph Cañas, quien destacó en este punto el trabajo de gimnasio y la necesidad de una buena alimentación.
Es aquí donde cabe la importancia, más en categorías juveniles, de los encuentros amistosos, que son simulacros de procesos de trabajo real -explicó Cañas- en los que se somete al jugador a los trabajos de precompetitivos, recuperación post partido, alimentación, descanso, en fin, “adaptamos a los jugadores a competir cada 48 horas para que se adapten naturalmente y al final no pegue en la concentración final”.
La selección nacional se juntó para el Sudamericano de Ecuador 2017 por 35 días. A la postre logró el cometido de ir al Mundial de Corea, del cual quedó fuera un grande como Brasil, mientras que Argentina avanzó pero sufrimiento de por medio, y esto es porque en este tipo de competencias, según Cañas, “no clasifican generalmente las selecciones con mejores jugadores, sino las que puede mantener durante más tiempo los niveles de concentración dentro y fuera del campo”. (MJS)
¿Qué hizo Venezuela para ser subcampeona mundial S20?
La selección juvenil que alcanzó el subcampeonato en el Mundial de Corea del Sur 2017 cumplió una rigurosa preparación durante 21 meses, que se tradujeron en:
65 semanas de trabajo
30 módulos de entrenamiento
338 sesiones
750 horas
85 partidos (53 de ellos internacionales incluyendo los del Sudamericano y el Mundial)
“Los minutos internacionales son importantes en tema de selección, pues deportivamente hablando le da mucha madurez al jugador”, dijo Joseph Cañas, preparador físico de la Vinotinto.