Seis meses después, y aún en la pandemia de coronavirus, el diestro criollo enseñó cosas buenas en la plaza de toros de La Torre de Esteban Hambrán, en Toledo.
Por Homero Duarte Corona
Jesús Enrique Colombo, pese a enfrentarse a un lote que no fue el mejor, pero respaldado por su entrega, valor y el gran acierto con el acero, tuvo como premio dos orejas, una en cada uno de sus astados.
Junto a Gómez del Moral – tres apéndices por su labor muleteril-, fueron los triunfadores en la plaza La Torre de Esteban Hambrán en Toledo, España, con la presencia de muy poco público, apenas unas 600 personas, ante las medidas de seguridad del gobierno ibérico por la pandemia del coronavirus.
Según la reseña de Juan Monasterio, de “El Toro Bravo Toma la Palabra”, los toros de la ganadería “El Cubo “, propiedad del empresario Blas Gómez Millán, no fueron lo que esperaban la afición ni los toreros.
Abrió plaza Javier Castaño, con “Nazareno”, bravo y noble toro, de buen trabajo en los tres tercios, pitón izquierdo de calidad, justo de fuerza.
Pese a la brisa reinante en la plaza, el diestro le pega una buena tanda con la diestra y buen trabajo por naturales. En la suerte suprema deja media estocada. Recibe aplausos.
En el segundo de la tarde, Gómez del Pilar inicia la faena por alto, liga lances por naturales, variado y falto de aplomo. Se atraganta y dosifica una estocada defectuosa y perpendicular. La presidencia le otorga una oreja.
Jesús Enrique Colombo recibe a “Frenoso”, tercero de la tarde, un animal soso y parado, similar a sus dos hermanos anteriores.
Co la capa realiza un quite por chiquelinas y revolera con serpentina. No tuvo suerte con las banderillas. En el trabajo de muleta le pega dos buenas tandas con la derecha y por naturales también se luce, dos excelentes pases. En la suerte suprema, en un volapié espectacular hasta la cinta, se le premia con una oreja por la gran estocada.
Tampoco acompañó la suerte a Javier Castaño en el cuarto toro, el segundo de su lote, haciendo un trasteo de lidiador ante la poca raza del toro, en embestidas deslucidas, saliendo con la cara alta. Pese a la poca química del animal, el diestro mostró entrega y enjundia. La suerte no le acompaño con la espada y por allí se fue el premio. Silencio a su trabajo.
De nuevo Gómez del Pilar mostrando su buena labor con el quinto de la tarde, “Durmiente”, logrando unos naturales de largura y temple, con gusto en cada pase; enganchando y consintiendo su falta de raza. Derrocha valor, recibiendo dos volteretas peligrosas. Una buena tanda con la derecha, cundida de valor. Espadazo caído, pero se le premia con dos orejas por el trabajo de muleta.
Jesús Enrique lleva la alegría a los tendidos, recibe a “Romero”, sexto y último de la tarde, con el percal, de rodillas, quites por Caleserinas y ajustado remate. En la suerte de banderillas con mucha exposición pero desbordado por la ansiedad.
Inicia la faena de muleta a pies juntos y por alto, aguantando las bruscas embestidas del animal; tanda por la derecha y el toro clava los pitones en la arena, dando una vuelta de campana. No estuvo acertado por naturales; derrochó entrega, con trasteo de enjundia. Espadazo trasero pero con decisión. Una oreja a su labor.
Gómez del Moral y Jesús Enrique Colombo, triunfadores de la tarde, después de cortar 5 orejas.