Argentina no tiene remedio. Buenos Aires, otra vez patas arriba por los disturbios provocados por los barras bravas de River Plate durante la celebración de la conquista del la Copa Libertades. Los violentos volvieron a apoderarse de las calles y provocaron desperfectos en el área del Obelisco. Unos incidentes que contrastan con el modélico control de seguridad exhibido en Madrid antes, durante y después del partido contra Boca Juniors en el Santiago Bernabéu.
En la capital argentina se había hecho todo para evitar una nueva escena de violencia. Durante cinco horas, pareció que iba a ser posible, pero pasada la medianoche, el dispositivo policial que hasta entonces parecía exagerado tuvo que entrar en acción. Algunos hinchas de River iniciaron una batalla campal contra todo, y comenzaron a lanzar piedras y botellas a los agentes y centros comerciales. La fiesta terminó cuando comenzaron las carreras, los gases lacrimógenos, las pelotas de goma. La calzada acabó convertida en una alfombra de vidrios. Tres policías resultaron heridos y una veintena de hinchas de River fueron retenidos durante varias horas.
Una bronca que dejó en evidencia a un país atormentado por los ultras del fútbol. A unas fuerzas del orden incapaces de controlar a los generadores de violencia. Unos agentes, sobrepasados, muy lejos de la eficacia mostrada por los cuerpos de seguridad de Madrid. Y es que la capital española sale muy favorecida de los rescoldos de la Superfinal. Ganó River, pero también Madrid y la marca España, un país capaz de organizar grandes eventos en tiempo récord.
El Ayuntamiento de Madrid aseguró este lunes que la final podría haber generado unos 55 millones de euros en beneficios, a lo que habría que sumar las ganancias intangibles por lo que supone de promoción internacional. Una cifras superiores a las reflejadas por la patronal madrileña, que apuntó que habrán sido 45 millones, según dijo el delegado de Economía y Hacienda, Jorge García Castaño. El coste del dispositivo de seguridad que rodeó el partido entre el River Plate y el Boca Juniors ascendió, sólo en lo referente al despliegue de la Policía Nacional, a 650.000 euros. Unos 4.000 efectivos, de ellos 2.054 policías nacionales, junto con agentes de la Policía Municipal, servicios de emergencias y personal de Metro, Renfe y EMT conformaron un extraordinario dispositivo, en el que también participó la Policía argentina.
Elogios de las autoridades
Una gran labor de seguridad que fue reconocida por Fernando Grande-Marlaska. El ministro de Interior, en su cuenta de Twitter, recalcó: «Gracias a los más de 2.000 policías que con vuestra gran profesionalidad habéis hecho posible que hayamos podido disfrutar de la final de la Copa Libertadores 2018». El mensaje incluyó una fotografía de un agente de la Policía de espaldas en el Bernabéu abarrotado de público y un icono de aplausos.
Gracias a los más de 2.000 policías que con vuestra gran profesionalidad habéis hecho posible que hayamos podido disfrutar de la final de la #CopaLibertadores2018 #BocavsRiver ?.
Fernando Grande-Marlaska pic.twitter.com/7XgNmBEKSX— Ministerio Interior (@interiorgob) December 9, 2018