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Colombo brilló en temporada americana

Jesús Enrique Colombo brilló con luz propia en plazas de México y Colombia. (Foto/La Nación)
Jesús Enrique Colombo brilló con luz propia en plazas de México y Colombia. (Foto/La Nación)

Jesús Enrique Colombo sigue en la onda del éxito. En la temporada española de 2016 cortó más de una veintena de orejas y dos rabos, aunado a varias salidas a hombros por la puerta grande; y en su presencia en plazas de América también puso la rúbrica de todo el caudal y arte que lleva dentro, luego de triunfar en la Monumental de México y en las principales ferias en suelo neogranadino.
Fructífero el periplo del hijo de la “Perla del Torbes”, en su presentación en la Plaza México, el 19 de octubre pasado, cortó una oreja y se ganó el trofeo de triunfador de la tarde.
Repitió en el coso mexicano el 6 de noviembre, en la novillada denominada “Soñadores de gloria”, sin suerte, al pinchar en ambos novillos: ovación y silencio, pero dejando constancia de todo el arte que lleva dentro.
De la nación mexicana, Jesús Enrique viajó a Colombia, para presentarse en la pretemporada de la Feria de Cali, logrando un triunfo apoteósico en la Plaza de Cañaveralejo, después de cortar dos orejas simbólicas a uno de los novillos que le tocó en suerte, recibiendo el indulto el animal y la salida a hombros del diestro por la puerta grande.
De la “Sultana del valle”, el nacido en Táriba viajó a Manizales, a la Feria del Café, tumbándole una oreja a su primer novillo y perdió la puerta grande en el segundo astado, al pinchar en par de ocasiones.
En su correría por plazas neogranadinas, Jesús Enrique se presentó el 8 de enero en la Feria de Málaga, Santander, convirtiéndose en el triunfador de la tarde, gracias al corte de dos apéndices.
También salió triunfador el 15 de enero en la feria de Aguazul en Casanare, al cercenar dos orejas a uno de los astados que enfrentó; y, al día siguiente, reeditó el triunfo en Tuta, Boyacá, obtenido en 2016, esta vez con el corte de dos orejas.
Antes de viajar a Medellín, el pasado domingo, en horas de la mañana, el muchacho de Táriba se encerró con un toro de Campolargo, de 430 kilos, en la Monumental de Pueblo Nuevo, lidiándolo de forma impecable, con la capa y la muleta, trayendo consigo que los aficionados que asistieron, como invitados especiales, le concedieran en forma simbólica las dos orejas y el rabo.
Hace dos días, en su alistamiento para la cita de este sábado en la plaza La Macarena de Medellín, asistió a un tentadero en la ganadería de Rancho Grande en Cuquí, gracias a las bondades del ganadero Hugo Domingo Molina.
Cierra la temporada el diestro taribense en la plaza la Macarena de Medellín, el 4 de febrero, con la seguridad que todo lo alcanzado en las actuaciones anteriores en territorio neogranadino serán superadas con creces, dictando clase con la capa y la fina muleta con que cuenta, sin dejar a un lado todo el potencial que lleva dentro con los garapullos.
Su regreso a España está programado para el 5 de febrero, donde le espera una campaña definitiva, lo que puede ser la recta final en su objetivo de ir por la alternativa, recibir el doctorado, objetivo para el que ya tiene un buen trecho recorrido, cuatro años de etapa novilleril.
Juan Ruiz Palomares, apoderado de Jesús Enrique, es un hombre ducho en la materia, sabe de todo el potencial del novillero tachirense, lo lleva por buen sendero, con la seguridad que en el momento preciso lo autorizará para que reciba el doctorado y se convierta en matador de toros.
(Homero Duarte Corona)

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