Uno para todos y todos para uno, vieja frase que cada día cobra más vigencia. Ejemplo vivo de ello lo sucedido en la edición 42 del Clásico Virgen de la Consolación, que pese a las vicisitudes salió a flote, gracias al trabajo mancomunado de quienes quieren y sienten su terruño.
Ricardo Hernández, alcalde del municipio Cárdenas, contó la historia, como hizo él, conjuntamente con Víctor Cárdenas, presidente de Indecar, para revivir un evento deportivo que es patrimonio de los hijos de Táriba; un reto de vida o muerte, pues de no haber hecho el corto giro del pedal este año, simplemente hubiese desaparecido del panorama nacional.
La no celebración de la carrera en el 2015, siempre ante la falta de presupuesto y por no tener el apoyo del ente gubernamental, ni regional ni nacional, obligaba a hacerlo este año, caso contrario la Federación Venezolana de Ciclismo lo sacaba del calendario, contó el burgomaestre taribense, quien vino a la redacción de Diario La Nación acompañado de Víctor Cárdenas.
El reto, apuntó el alcalde, no era otro que hacerlo, merced de ser una carrera que está enclavada en el corazón de quienes viven en el municipio; sin embargo, los costos eran muy elevados, por el orden de los 12 millones de bolívares.
–¿Qué hicimos? Sencillamente empezamos a buscar patrocinantes, consiguiendo eco en el Banco Sofitasa, Motos Sport Táriba, Casa del Diferencial Simóni, Transporte Virgen de la Paz y algunos propietarios del mercador mayor de Táriba- apostilló.
Otro de los puntos álgidos, la alimentación para 75 ciclistas y el resto de acompañantes que integran una caravana ciclística de este tipo, un global de 150 personas, que representaba 3 millones de bolívares, el equivalente a 1.500 comidas en tres días e incluyendo la cena del día miércoles 10 de agosto -la carrera se disputó del 11 al 13-.
La inventiva se puso de manifiesto, los principales mentores del clásico organizaron un comedor en la Cancha Municipal, allí se repartieron las tres comidas diarias, respaldados con los alimentos de toda índole aportados por los comerciantes del mercado municipal, bajando de 3 millones a 300 mil bolívares el costo total para toda la caravana del Clásico, sentenció el alcalde.
Pero no todo quedó allí, también la organización hizo entrega de un millón de bolívares en efectivo, premiación que recibieron los tres primeros de cada etapa, los seis primeros de la clasificación final, además de los campeones de cada uno de los renglones.
Hubo el agradecimiento de Ricardo Hernández para con los medios de comunicación social, especialmente para la radio, quienes no cobraron ni un centavo por llevar las incidencias del evento; también para todos los cuerpos de seguridad que velaron por la integridad física de atletas y acompañantes.
Como colofón, el Clásico la Consolación está más vivo que nunca, seguirá por siempre, finalizó en su exposición el alcalde Ricardo Hernández.
(Homero Duarte Corona)
