Caracas y Táchira dan vida esta tarde, a las cuatro, a una nueva edición del ‘clásico’ moderno, aunque esta vez será como un partido anónimo por las circunstancias que lo rodean: se jugará lejos del Olímpico, a puerta cerrada y sin transmisión de televisión; condiciones atípicas para uno de los choques, por historia y rivalidad, más importantes del calendario nacional.
Por reparaciones en el campo de la UCV, la cancha del Cocodrilos Sport Park, la sede del conjunto avileño, será el escenario para este compromiso, que por decisión del Consejo de Honor de la Federación Venezolana de Fútbol, se jugará sin público, tras los hechos vandálicos protagonizados por la barra del Caracas en su última visita a Pueblo Nuevo en abril pasado.
Pese a lo invisible que será el ‘clásico’ para la afición, el interés está latente en el duelo entre dos equipos que buscan asegurar su clasificación al octogonal final del Clausura. Táchira, con 27 puntos, se ubica cuarto en la clasificación, un escalón por encima del equipo caraqueño, que acumula 25 unidades.
Además de sumar los tres puntos, Táchira buscará incrementar su lista de triunfos en el mano a mano particular, que domina con 32 victorias por 28 caraqueñas en 94 enfrentamientos, en tanto que 34 veces han empatado.
El último compromiso entre ambas oncenas acabó con un 1-1, goles de Sergio Herrera para el aurinegro y Diomar Díaz, por el rojo. Pese al dominio histórico, a Táchira le cuesta ganar en la capital, la última vez que lo hizo fue el 19 de marzo de 2006, con pizarra de 1-2.
Para la ocasión Carlos Maldonado cuenta con el regreso de Gerzon Chacón, que complementa la convocatoria conformada por José Contreras, Alan Liebeskind, Yuber Mosquera, Pablo Camacho, Jhontan Souza, José Luis Marrufo, Edwin Quero, Francisco Flores, Henry Sanabria, Carlos Cermeño, Jorge Rojas, Luis Guerra, Edgar Pérez Greco, Giancarlo Maldonado, Juan Azócar, Daniel Febles y Jan Hurtado.
Ureña recibe al Petare
Mientras Táchira busca asegurar su presencia en el octogonal en la capital, en Pueblo Nuevo el Ureña tratará de sumar a la causa de conservar la categoría, cuando reciba al Petare, en un duelo directo por la salvación.
Tres puntos le permitirían al cuadro azucarero salir de la zona crítica. Posee 37 puntos y se ubica en la casilla 17 de la acumulada, mientras que el Petare la tiene más difícil, pues está último con 28 unidades, técnicamente condenado al descenso, cuando restan tres jornadas para el final de la ronda regular del Clausura. El encuentro se disputará a las cuatro de la tarde en Pueblo Nuevo. (MJS)
Resto de la J17
Aragua vs. Est. de Caracas (ayer)
La Guaira vs. Lara
Llaneros vs. Mineros
Zulia vs. Estudiantes de Mérida
Zamora vs. JBL Zulia
Trujillanos vs. Anzoátegui
Atl. Vzla. vs. Carabobo (TV)
Monagas vs. Portuguesa (TV)
“Crónica de una final”, retrato de una realidad vigente
“Crónica de una final”, es un documental sobre los sucesos que rodearon la disputa de la Copa República Bolivariana de Venezuela entre el Deportivo Táchira y el Caracas, el 17 de diciembre del año 2000, y que finalizó con la quema del autobús del conjunto caraqueño en el campo de Pueblo Nuevo por parte de un grupo de hinchas del equipo local.
La obra, del periodista tachirense Gustavo Contreras León, fue estrenada esta semana en San Cristóbal y sirvió para refrescar la memoria con uno de los episodios más violentos del fútbol nacional, aunque no dejara más que pérdidas materiales y una sanción disciplinaria al cuadro tachirense, pero también para hacer un llamado de atención sobre la situación del balompié venezolano.
Y es que, pese a que han pasado casi 16 años desde ese día, la realidad de entonces sigue hoy más vigente que nunca, tanto como que el ‘clásico’ de esta tarde se jugará sin público, prácticamente condenado al anonimato, en parte por la sanción que pesa sobre el cuadro rojo, tras los destrozos de su fanaticada en San Cristóbal en abril anterior.
Kike Rosales, voz autorizada del fútbol en el Táchira, fue el encargado de la presentación de la obra documental, el pasado lunes, y sobre el mismo ha dicho que “es un llamado a la reflexión, para ver si se está haciendo algo, ¿nosotros hemos bajado la violencia?”.
Asegura que “la violencia en el fútbol no se ha perdido, pero es que está en todas partes. La violencia se convirtió en un compañero cotidiano del venezolano y eso no es bueno”, apunta.
Del mismo modo, sobre las medidas que se han tomado para tratar de frenar el flagelo de la violencia en el fútbol, como suspender la venta de licor o reservarse el derecho de admisión, asegura que quizá sean las más fáciles, “pero es lo que les quedó a los directivos y aún así no han podido acabar con la violencia”.
No obstante, considera que más allá de las precauciones, “la única forma que tenemos de crecer es ser lo más cívico posibles, ser ciudadanos, es lo único que nos queda como sociedad, y es una tarea dura, muy dura”. (MJS)