Un disparo desde fuera del área de Ángel Correa bastó para que el Atlético de Madrid venciera a Málaga por 1-0 en el encuentro disputado este sábado en el Vicente Calderón para mantenerse con vida en la pelea por el título de Liga.
El cuadro rojiblanco se lo jugaba todo. 15 minutos antes de iniciara el encuentro en el Vicente Calderón, el Real Madrid se había colocado líder provisional tras vencer al Rayo Vallecano, enviando a los hombres del Cholo al tercer puesto. Tenían la misión de sacar tres puntos que les devolvieran la ventaja sobre los vecinos en los tres partidos que quedan de la Liga. Pero la dignidad y fiereza del rival se le atragantaron y estuvo cerca de quedar fuera de la contienda.
Málaga, que no se jugaba más que el honor, se adueñó de la cancha apenas iniciar el partido, generando llegadas y amenazando en un par de ocasiones. Sin llegar a hacer un alarde de recursos en ataque, pero con mucho orden y sentido de lucha.
Antes de que el Atlético se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, Jan Oblak había tenido que intervenir en un par de ocasiones. Un tanto sorprendido por la fuerza con que había salido el rival, el Atlético tuvo que aumentar la presión para poder elaborar juego en ataque. Pero Málaga, que los tenía medidos, les anulaba casi todo, a veces con tino y a veces a base de pura fuerza.
Griezmann tuvo que bajar al a media para poder hacerse con un balón pero su influencia en el juego pasó por desapercibida (y ya van nueve partidos de Liga del francés sin marcar). Carrasco, con la carretera por banda clausurada, tampoco pudo lucir y acabó por dejar el terreno de juego antes de que se cumpliera una hora de juego luego de que en la recta final de la primera parte se llevara un duro golpe en el tobillo derecho. Al Atlético no le salía nada. Ni el ‘talismán’ Fernando Torres surtía efecto pese a que lo buscó por todos los medios.
El Atlético se había atascado y veía los nubarrones postrarse sobre el Calderón. El empate, después de lo que había pasado en Vallecas, los iba a dejar muy mal parados en la carrera por la Liga. Comenzaron los nervios. Llegaban al medio tiempo sin haber amenazado a Memo Ochoa más que en un par de ocasiones. Vino la confusión de Mateu Lahoz cuando desde algún lugar detrás (o dentro) de la caseta un segundo balón fue lanzado a la cancha justo cuando Málaga atacaba y provocó que el árbitro mostrara la tarjeta roja a Diego Simeone como responsable.
Cuando más sufría el Atlético para llegar a la puerta custodiada por Guillermo Ochoa, salió el sol en el Calderón. Málaga había dejado de atacar más allá del esporádico disparo sin mucho peligro para Oblak. Suficiente tenía con intentar contener a los hombres del Cholo, que habían salido con fuerza renovada para la segunda mita y buscaban el tanto con ahínco. Lo encontró Correa pasada la hora de juego con un disparo de larga distancia que rebotó en un defensa antes de colarse en la portería pese a los esfuerzos de Memo Ochoa por estirarse.
El tanto desbarató al Málaga, que si bien pudo poner las tablas en un par de ocasiones, se pasó prácticamente lo que quedaba de partido corriendo detrás del balón. El Atlético mandaba y llegaba una y otra vez al área de Memo. Sin embargo, cayó en esa vieja costumbre de fallar un intento tras otro que la buena racha del Niño había hecho olvidar. No importaba gran cosa. En términos prácticos un 1-0 vale tanto como un 8-0 y bastaba.
Atlético de Madrid gana y sigue en pelea de la Liga
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