La Vuelta al Táchira en Bicicleta es uno de los grandes eventos en su tipo del ciclismo por etapas en el contexto nacional e internacional, puesto de manifiesto desde la primera edición en 1966.
Después de medio siglo, luego de concluido el magno evento de 2017, las máximas autoridades del pedal en la entidad han hecho un examen pormenorizado de los pro y los contra de lo vivido hasta el domingo 22 de enero, una justa que superó los 150 participantes en representación de ocho equipos foráneos y 18 nacionales, esta vez con los honores para los anfitriones, en la humanidad del “kinito” Jonathan Salinas, quien pasó a ocupar el trono dejado por el costarricense Joseph Chavarría.
No se quedarán quietos quienes forman parte de la junta directiva del ente “atecista”, pues luego del asueto ferial se viene el trabajo complementario, que tiene como primera cita la convención nacional que este año se cumplirá en territorio zuliano.
Un segundo punto, lo relativo al trabajo con las selecciones regionales, la entrega del informe de cierre de gestión, elecciones de las autoridades que regirán los destinos de la Asociación Tachirense de Ciclismo en el próximo periodo e inicio del nuevo ciclo olímpico.
No descarta el presidente de la ATC, Porfirio Ortega, de ir a la reelección junto con quienes integran el ente rector del ciclismo en la región. “La Asociación de Ciclismo tiene continuidad administrativa y lo que dejemos en proyectos puede ser aprovechado por quienes integren la nueva junta directiva”, esgrimió el dirigente.
Está claro en el sentido que “somos demócratas y respetamos las aspiraciones de todos con capacidad para dirigir los destinos de la ATC. Lo único que aspiramos es que quien lo haga sepa del compromiso que va a adquirir, con la seguridad que el gran ganador será el propio ciclismo tachirense”.
En lo relativo al Giro Andino que apenas finalizó el pasado 22 de enero, Ortega no escondió su satisfacción, pues como en los años anteriores, la Vuelta al Táchira termina sin deudas y con un saldo a favor en lo competitivo y organizativo. “Logramos otra buena edición gracias al Ministerio del Deporte, la Federación Venezolana de Ciclismo y el Gobierno del Táchira. Cada organismo puso su aporte, mientras que la ATC colocó la experiencia de todo su equipo para garantizar el éxito del evento ante los ojos de Venezuela y el mundo”.
Ante la magnitud del giro tachirense, la principal cabeza de la ATC apunta que “no podemos conformarnos con los aportes del Ministerio del Deporte, porque en un momento determinado dejarán de fluir, trayendo consigo el peligro de la no realización de la Vuelta”.
Este año hubo el respaldo de dos empresarios en Borotá y Ureña, sumado al de algunas alcaldías que se unieron al millonario apoyo del Ministerio del Deporte. “Al igual que ellos, esperamos la espontaneidad de otros para ir conformando un bloque de respaldado privado que garantice la Vuelta, que ojalá se haga realidad”.
Tocó otros puntos el directivo “atecista”, uno de ellos en lo que tiene que ver con el viaje a la capital de la república, donde tiene el ofrecimiento de algunas bicicletas que donará el Instituto Nacional del Deporte; también habló sobre lo recaudado por concepto de los pagos de transmisión de las emisoras y algunas alcaldías, dinero con el que se comprará material deportivo, específicamente lo relativo a cauchines y tripas, tomando en cuenta lo costoso que resulta la práctica del ciclismo.
De cara al recorrido de la próxima edición del giro tachirense, destacó la necesidad de revisar nuevamente los finales de etapas en sitios empinados, entre las que destacan la Casa del Padre, donde se produjeron hechos extraciclísticos que obligaron al comisario director a tomar medidas extremas.
Sentenció que, “no se trata de eliminarlas, como se ha comentado en los corrillos deportivos, sino de reglamentarlas, para que la justa sea lo más limpia posible”.
(Homero Duarte Corona)