El volante chileno Arturo Vidal quedó envuelto en un nuevo escándalo tras concurrir la noche del lunes a un casino de juego cercano a Santiago en medio de los entrenamientos para el duelo de este jueves frente a Paraguay por las clasificatorias al Mundial de Rusia-2018.
Vidal reconoció haber estado en el casino Monticello junto a amigos pero negó haber participado de la fiesta que ellos organizaron después en las habitaciones del hotel y que motivó que fueran desalojados por la Policía.
“Sí estuve en el casino, cenamos, estuve un rato y luego me fui a mi casa. En la mañana supe lo que había pasado con la Policía. No puedo estar parando (detener) lo que hacen mis amigos”, declaró en rueda de prensa el volante del Bayern Múnich de Alemania.
Inicialmente, la Policía confirmó a la AFP que el deportista habría estado involucrado en el incidente ocurrido en habitaciones del hotel que se encuentra en el centro de entretenciones, pero después matizó su versión.
“Esa era información que yo tenía hasta ese momento, al momento ahora ya no se sabe si estuvo ahí porque carabineros no lo vio”, manifestó Juan Baeza, prefecto de la Policía de la provincia de Cachapoal, donde se encuentra el casino, a la AFP.
Los amigos de Vidal habrían provocado desórdenes y ruidos molestos por lo que la administración del hotel llamó a la Policía que acudió y pidió a los involucrados retirarse del lugar.
“Me molesta que me metan en algo tan complicado. Sí fui al casino, pero luego me fui como profesional que soy”, se defendió Vidal, de 30 años.
El coronel Baeza confirmó que “no hubo ningún tipo de delitos ni tampoco detenidos”.
El incidente ocurrió a dos días de que Chile enfrente a Paraguay en Santiago por las clasificatorias al próximo mundial, y a cinco de que se mida con Bolivia en las alturas de La Paz.
Un historial de desórdenes
El escándalo remeció temprano al ambiente deportivo chileno, casi a la misma hora en la que Vidal llegó a la concentración de la selección chilena en el complejo Juan Pinto Durán en Santiago, para reincorporarse a la Roja, en medio de la expectación de decenas de periodistas y camarógrafos.
“Vengo de la casa y desmiento todo esto. Van a seguir ensuciándome la imagen y ustedes me inventan”, dijo Vidal a los medios, sentado en el asiento trasero de su vehículo.
El volante salió de la concentración tras un permiso que el técnico de la selección, el hispano-argentino Juan Antonio Pizzi, dio a todo el plantel el lunes por la noche, del cual debían retornar el martes a las 11H00 hora local (14H00 GMT).
En el mismo casino se produjo en 2015 uno de los peores escándalos del volante del Bayern Múnich de Alemania, conocido por sus salidas nocturnas tanto en Chile como en Europa.
En medio de la concentración de la ‘Roja’ durante la Copa América de Chile, Vidal chocó su lujoso deportivo Ferrari cuando retornaba a Santiago después de una fiesta en este lugar.
Este incidente provocó un terremoto al interior de la selección chilena, pero el entonces técnico del plantel, el argentino Jorge Sampaoli, decidió no sancionar a Vidal y permitirle jugar la Copa América, que finalmente ganaría para Chile por primera vez.
El futbolista salió horas después a pedir perdón en medio de lágrimas.
En 2011, Vidal y otros cuatro seleccionados protagonizaron el escándalo conocido como ‘bautizazo’ tras participar en la fiesta de bautizo del hijo menor del volante Jorge Valdivia, en medio de los entrenamientos para los partidos ante Uruguay y Colombia por las clasificatorias al Mundial de Brasil-2014.
Los cinco jugadores volvieron en “estado inconveniente” a la concentración, según denunció el entonces DT de Chile, el argentino Claudio Borghi.
Los seleccionados fueron sancionados con 10 partidos fuera de la Roja, pero Vidal fue perdonado un año después.
(AFP)