No le ha temblado el pulso a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que este lunes ha anunciado una sanción sin precedentes. Rusia estará fuera del mapa deportivo durante los próximos cuatro años; ni su bandera ni su himno estarán presentes, por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Tokio (2020) ni en Pekín (invierno, 2022) ni en el Mundial de fútbol de Qatar.
El anuncio sacudió tras el comité ejecutivo de la entidad celebrado en Lausana (Suiza) y la decisión fue tomada por “unanimidad” de sus 12 miembros, según declaró el portavoz James Fitzgerald. Tampoco podrá organizar Rusia ningún evento deportivo en dicho periodo. La razón, a grandes rasgos, es la de manipular datos de positivos por dopaje en su laboratorio de Moscú. Porque la rehabilitación de la Rusada (Agencia Antidopaje Rusa) estaba a expensas de esa revisión.
En el informe de 26 páginas, el CRC (Comité de Revisión de Cumplimiento) llegaba a esta conclusión. Es decir, que las autoridades rusas habían manipulado (para ocultar positivos) los datos que la propia AMA había recogido de dicho laboratorio moscovita el pasado mes de enero: la entrega de miles de datos brutos de controles almacenados en los servidores rusos, bajo la vigilancia del poderoso Comité de Investigación de Rusia, era una condición estricta impuesta por la AMA para levantar, a finales de 2018, la suspensión anterior de la Rusada. Ahí hay que acudir al origen del escándalo, cuando en 2016 Grigory Rodchenko, quien fuera responsable del laboratorio antidopaje de Sochi durante los Juegos Olímpicos de invierno de 2014, huyera a Estados Unidos tras destapar el dopaje de estado de su país a través del informe McLaren.
Sus augurios se han hecho realidad este lunes, cuando Rusia ha recibido el mayor castigo de la historia del deporte, aunque cabe recurso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en un plazo de 21 días.
Si ya Rusia desapareció del mapa deportivo en los Juegos de Río, en los de invierno de Pyeongchang 2018 y de los dos últimos mundiales de atletismo, tampoco sus deportistas estarán presentes en las próximas grandes citas. A no ser que puedan “demostrar que no están implicados en los programas de dopaje descritos en el informe ‘McLaren’ o que sus muestras no han sido falsificadas”, según aclaró la AMA. En ese caso lo harían bajo bandera “neutral”.
El castigo, sin embargo, no afectará a la Eurocopa de fútbol del próximo verano, en la que San Petersburgo es una de las sedes. La razón es que se trata de un torneo continental.
El Mundo de España