MOSCÚ, (AFP) – Nunca mejor dicho, el portero Igor Afinkeev tiene el destino de Rusia entre sus manos, a horas del debut de la selección anfitriona en ‘su’ Mundial-2018, el jueves en Moscú contra Arabia Saudí.
“¡El equipo tiene que ir para adelante y jugar! (…) Si no lo hace así, el marcador no va a cambiar”, lanza el guardameta.
Tras una derrota a fines de mayo en Austria (1-0) sin un tiro al arco de Rusia, el líder del CSKA Moscú sabe que el reto se hace cuesta arriba.
¿Y si Rusia, decepcionante desde hace varios meses, se convierte en el segundo anfitrión en abandonar “su” Copa del Mundo en la fase de grupo, después de Sudáfrica en 2010?
La selección entrenada por Stanislav Cherchesov acabó su preparación con un empate contra Turquía (1-1) y con ello entró en el libro de historias penosas de su selección, al convertirse en el primer once ruso o soviético en encadenar siete partidos seguidos sin conocer la victoria.
La misión urgente es cortar esa mala racha. Ganar a Arabia Saudí, en el estadio Luzhniki de Moscú, parece crucial para los rusos, antes de afrontar otros duelos más complicados contra el Egipto de Mohamed Salah el 19 de junio y luego contra el Uruguay de Luis Suárez, el 25.
Una derrota frente a los saudíes, 66º en la clasificación FIFA, lo dejaría al borde de la eliminación desde el arranque del torneo.
Tras el fiasco de la Eurocopa-2016, la Federación convocó a un exportero, Cherchesov, para tomar las riendas de la ‘Sbornaia’. Para la Copa del Mundo-2018, también en el arco se jugará gran parte del destino del equipo, con las manos de Igor Akinfeev en primera línea.
“Es el mejor jugador de la selección”, declaró el vicepresidente de la Federación, Nikita Simonyan.
– Récords de todo tipo –
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“También tengo mucho aprecio por él, porque es muy buena persona, simplemente. Es alguien que todo el mundo respeta”, agregó el dirigente.
Con 32 años, Akinfeev cuenta ya con más presencias en la selección que los legendarios porteros de la URSS Lev Yashin y Rinat Dasaev.
Sus seis títulos nacionales y más de 560 partidos con el CSKA Moscú lo colocan como una figura intocable en Rusia, cuyo país cuanta con sus paradas para llegar hasta octavos de final, al menos.
Nacido en Vidnoie, en las afueras de Moscú, Akinfeev no ha estado a la altura en las competiciones internacionales, en la misma medida que su equipo, decepcionante cuando lo exigen.
En Brasil-2014, se comió un gol tonto contra Corea del Sur (1-1). Ante México, una salida fallida le costó la derrota en cuartos de la Copa de las Confederaciones-2017.
Asimismo, en Europa Akinfeev también cuenta con un récord negativo para el olvido: entre el 1 de noviembre de 2006 y el 22 de noviembre de 2017, ha disputado 43 partidos consecutivos en Champions encajando al menos un gol por duelo.
“Vuestro trabajo, es creer en nosotros”, lanzó Cherchesov durante la preparación, para afianzar la confianza del grupo, algo tocada.
Desde el jueves, Akinfeev tiene la misión de parar los goles del rival, sin olvidar que sus compañeros deben marcar arriba, para hacer soñar a los hinchas rusos con un poco de gloria.