jueves 12 diciembre, 2024
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Águilas no pudieron remontar el vuelo

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La defensiva de Venezuela cumplió su trabajo en la competencia.
La defensiva de Venezuela cumplió su trabajo en la competencia.
Águilas del Zulia fracasó en su intento de estar en la final de la Serie del Caribe, al caer frente a Criollos de Caguas de Puerto Rico con pizarra de 9×6, luego de haber logrado trío de victorias en la competencia.
Fracasó el pitcheo abridor y haber dejado más del tiempo debido al monticulista pudo haber perjudicado en mucho el entusiasmo de los peloteros.
Lipso Nava, mánager de las Águilas del Zulia, envió al montículo al derecho Mitch Lively y, en apenas 39 lanzamientos, la ofensiva de los Criollos le anotó cuatro carreras, obligando a colocar un relevo. Trabajó por espacio de dos tercios de inning y allí prácticamente se configuró todo el daño, del que no pudo Venezuela recuperarse jamás.
Wilfredo Ledezma fue llamado en auxilio del abridor, con muchos episodios, para que la ofensiva de las Águilas pudiera remediar el mal, y no ocurrió así. Un juego salvable, pero no respondió la ofensiva a su tiempo.
Un juego donde el abridor Lively llegó sin control, sin dominio en sus lanzamientos, factor que aprovechó la ofensiva de Puerto Rico para hacer el daño posible, en un compromiso crucial para el destino de ambas novenas. El perdedor quedó fuera de toda opción campeonil.
Venezuela vio cómo aumentaba la ventaja a 6×0 y apenas en el cierre del quinto tramo pudo descontar con una carrera y otra más en el sexto, mientras que el rival pisó el home en los siguientes tres episodios, para sumar nueve y complicar más al conjunto venezolano.
Ledezma sofocó la intentona. En siete episodios completos, la pizarra favorecía a los boricuas 9×2, y en los siguientes episodios pudo haber sido, pero no fue. La ofensiva criolla desperdició oportunidades y no pudo dar el batazo.
Vino la reacción en el cierre del octavo episodio. Se asomaron los bates y asustaron el pitcheo de los Criollos. El mánager movilizó sus piezas para no dejar escapar la victoria, que colocaría a Criollos en disputa de la final.
Las cuatro primeras carreras pesaron mucho a los venezolanos. Trataron pero no pudieron. Lugo de anotar cuatro carreras en el cierre del octavo episodio, ya para concluir el compromiso, parte baja del noveno, se presentó la gran oportunidad: Las bases llenas, sin outs, pero no apareció el bate que despachara un sencillo y así comprometer al rival. El relevo de los boricuas pudo controlar la rebelión. Todo quedó en una pizarra de 9×6, cuando se pudo voltear ese resultado, comprometer al enemigo y ganar el compromiso para pasar a la final.
¿Qué pasó…? Se perdió el juego en la misma apertura del primer tramo. Las cuatro carreras que le fabricaron al estadounidense marcaron la diferencia y le costó mucho a Venezuela recuperarse.
¿Era Lively el lanzador indicado para enfrentar a Puerto Rico, un equipo con los bates dormidos, pero con la amenaza de despertar en cualquier momento…? Amanecerá y veremos.
Se perdió una oportunidad de disputar la final. Lively, de acuerdo con los informes del mánager Lipso Nava, tenía doce días sin lanzar y esa inactividad pudo incidir en el control del lanzador. Desde el mismo momento en que subió al morrito, se observó su descontrol, lo que aprovechó la toletería contraria. Dos carreras eran más que suficientes para enviarlo a las duchas.
Perdió Venezuela el compromiso que lo pudo colocar en disputa de la final y en busca del título en la 59ª Copa de la Serie del Caribe. Los factores determinantes en un juego, pitcheo y ofensiva, no se dieron la mano la noche del lunes y allí, en el estadio de los Tomateros de Culiacán en México, quedaron sepultadas las ilusiones de conquistar el octavo título en el tradicional clásico. Ahora la espera de un año, para el próximo clásico, y tratar de ganarlo en el patio, por cuanto se jugará en Barquisimeto, estado Lara. (Gustavo Carrillo)

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