El tenista español venció en un épico duelo al búlgaro Grigor Dimitrov 6-3 5-7 7-6 (7-5) 6-7 (4-7) 6-4, en casi cinco horas de partido, para avanzar a la final del Abierto de Australia y completar el cuarteto de finalistas más laureado de la historia del tenis.
Y también el de más edad.
Será tan sólo la segunda vez, y primera desde Wimbledon 2008, que los aficionados del tenis podrán ver en acción a cuatro de los más grandes tenistas de todos los tiempos y protagonistas de dos de las rivalidades más famosas del deporte.
Primero se jugará la final femenina, el sábado, con el duelo entre las hermanas Williams, Serena y Venus.
La mayor tiene 36 años, mientras que Serena tiene 35. Entre las dos suman 29 títulos en los cuatro grandes torneos del calendario.
Luego, el domingo, será el turno para la final soñada entre el tenista más ganador de todos los tiempos, el suizo Roger Federer, y su mayor pesadilla en la cancha, Nadal.
Federer, quien tiene 35 años, ha conquistado 17 títulos, mientras el tenista español, cinco años más joven, tiene 14 grandes torneos en su haber.
Esta es la primera vez en la historia que los cuatro finalistas superan los 30 años de edad.
Tenis retro
La última vez que el mundo del tenis vivió las finales con Venus, Serena, Nadal y Federer como protagonistas, en 2008, Barak Obama no había sido elegido como presidente de los Estados Unidos, España no había ganado el mundial y el Barcelona de Pep Guardiola recién comenzaba a caminar.
En aquella ocasión ganaron la mayor de las hermanas Williams y Nadal, este último en el que para muchos fue la mejor final en la historia de Wimbledon.
Pero si bien para Venus fue tan sólo el segundo triunfo de las ocho finales que ha disputado contra su hermana, para el tenista español fue la cuarta victoria de las seis que ha tenido frente a Federer en el partido decisivo de un Gran Slam.
De ganar Venus se convertiría en la campeona de más edad al superar el récord que estableció su hermana el año pasado en Wimbledon.
Para Serena, por su parte, sería su título número 23 con lo que dejaría atrás la marca que comparte junto a la alemana Steffie Graf.
Un hecho más que extraordinario teniendo en cuenta que ambas han permanecido en la cima del tenis durante casi dos décadas.
“Creo que es el genuino amor por competir”, respondió Venus cuando se le preguntó el hito que estaba logrando junto a su hermana.
“Tienes que disfrutarlo porque hay muchos momentos en los que no estás contenta con tu juego. No es necesariamente que sea muy divertido, esas frustración. Tienes que disfrutar el proceso y tienes que amar el juego”, concluyó.
El regreso
La última vez que Nadal y Federer jugaron una final fue en Roland Garros en 2011. Esa fue la novena de un duelo que ha tenido 34 capítulos desde que se enfrentaron por primera vez en el torneo de maestros de Miami en 2004.
Los dos fueron los grandes dominadores del tenis en la pasada década y, pese al surgimiento del serbio Novak Djokovic y del británico Andy Murray, sus nombres siguen siendo los más populares del mundo del tenis masculino.
Ninguno pudo estar en la final del circuito profesional en 2016 siendo la primera vez que el torneo que cierra la temporada no contó con Federer o Nadal en 15 años, lo que pareció marcar el fin de una era. Pero no fue así.
“Cuando trabajas tan duro y tienes momentos difíciles como los del año pasado, nunca soñé de estar de vuelta en el Abierto de Australia después de tantos meses sin competir”, declaró Nadal una vez finalizado el partido.
“Para mi es un privilegio. Es algo especial para los dos ser capaces de poder competir entre los dos en otra final”. “Creo que ninguno de los dos pensó que iba a regresar a una final de un Grand Slam”, aseguró.
Longevidad
Si bien la presencia de Venus, Serena, Federer y Nadal en las finales de Australia resulta una sorpresa, no se trata de una casualidad y confirma que el tenis va a contracorriente en el mundo de los deportes, donde los jóvenes suelen tener cada vez más protagonismo.
En un artículo publicado en la revista deportiva estadounidense Sports Illustrated, el periodista Jon Wertheim explica que el hecho que el tenis que se juega actualmente requiere de un mayor esfuerzo físico perjudica a tenistas que todavía no han alcanzado la “madurez física”.
“Pensar que tenistas adolescentes puedan competir con hombres en partidos con el formato al mejor de cinco sets da risas”, aseguró, descartando la posibilidad que el deporte pueda ver un nuevo Boris Becker, quien ganó Wimbledon con 17 años.
A ello le agregó que los avances en las técnicas de entrenamiento, la mayor profesionalidad de los jugadores, el aporte de nutricionistas, fisioterapeutas y otros ventajas que hay ahora en el circuito profesional -como hoteles e instalaciones de primera línea- benefician la longevidad de los tenistas.
También estuvo el hecho que ninguno de los cuatros finalistas tuvo un exigente calendario de partidos en 2016, por lo que sus cuerpos llegaron al primer gran torneo del año más descansados y con la mente más relajada.
Y por último, agrega, no hay que olvidar que se está hablando de jugadores que “son muy, pero muy buenos” y todos ellos “están motivados de diferente manera”.
Sea cual sea el resultado de ambos partidos, ya hay un ganador en Australia: el tenis.
(Vía BBC)