Inicio Fútbol ¿Será Koeman, lo que necesita el banquillo del Barcelona?

¿Será Koeman, lo que necesita el banquillo del Barcelona?

¿Será Koeman, lo que necesita el banquillo del Barcelona?
¿Será Koeman, lo que necesita el banquillo del Barcelona?

El FC Barcelona recurre a Ronald Koeman para reflotar un equipo muy tocado que ha firmado una temporada en blanco y viene de sufrir un histórico ridículo ante el Bayern en los cuartos de final de la Champions League. El club busca un golpe de efecto con el holandés, considerado una leyenda por los culés.

Esta baza ya la intentó aprovechar el presidente Josep María Bartomeu cuando tanteó a Xavi para sustituir a Ernesto Valverde. No obstante, el “no” del excentrocampista azulgrana hizo que la directiva centrara sus esfuerzos en otro exjugador como Koeman, quien también sonó para el cargo en su momento.

La seriedad de Koeman es tan conocida como su apuesta por el fútbol ofensivo, algo que siempre ha gustado en el Barcelona. El técnico viene de revolucionar el combinado nacional de su país, alicaído desde su participación en el Mundial de Brasil.

En el Barça consideran que la capacidad de mando de Koeman, a quien no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que tomar decisiones difíciles, como se vio en su complicada etapa en el Valencia, en la que ganó una Copa del Rey.

También se valora positivamente que Koeman conoce a la perfección el club en el que jugó cinco temporadas, entre 1989 y 1995, y en el que se convirtió en el héroe de la primera Champions conquistada por el Barcelona.

Además, también conoce la exigencia que existe en el FC Barcelona y la responsabilidad que conlleva dirigir la nave azulgrana.

Koeman, que a comienzo de junio rechazó cualquier posibilidad de entrenar al Barcelona porque quería cumplir su palabra y dirigir a su selección en la aplazada Euro 2020, se ve con fuerzas para afrontar este gran reto, pese al susto cardiaco que le obligó a pasar por el quirófano a comienzos de mayo.

Koeman otro alumno de la escuela holandesa

En situación de emergencia, con todas las alarmas sonando, Barcelona recurre a la vía holandesa. Una corriente futbolística a la que le debe mucho, casi todo: identidad de juego, escuela, protagonismo ofensivo, promoción de futbolistas, ambición, títulos. Fue así desde Rinus Michels, pasando por Johan Cruyff, Louis Van Gaal y Frank Rijkaard, hasta llegar ahora a Ronald Koeman, que a los 57 años aceptó tomar este hierro caliente. “Lo elegimos por su experiencia, por su filosofía y porque conoce al club”, justificó el presidente Josep María Bartomeu.

Carles Rexach, decisivo para que Barcelona inscribiera a Lionel Messi cuando llegó con 13 años, vio pasar a todos los entrenadores holandeses. “No se ponen nerviosos y tienen una gran fortaleza psicológica”, los describió. Y agregó específicamente sobre Koeman: “Como jugador era la extensión del entrenador en la cancha. Dominaba la situación y tenía carisma”.

Barcelona no solo acude a la solución holandesa, sino también a un protagonista entrañable de su historia, alguien que tiene un lugar destacado en la galería de los inolvidables. Cuando se despidió a mediados de 1995, después de seis años como zaguero central, período en el que conquistó cuatro ligas de España y le dio la primera Champions League a Barcelona con un tiro libre en Wembley ante Sampdoria, Koeman dejó un deseo que repitió dos veces: “Me gustaría algún día volver al Barça porque quiero seguir vinculado al fútbol como entrenador”.

Como director técnico se empezó a formar al lado de Louis Van Gaal, del que fue ayudante en Barcelona a fines del siglo pasado. Un aprendizaje que pronto lo decidió a abrir su propio camino como primer responsable de un equipo, del Vitesse, en el 2000. Desde ahí, una carrera de quince años en diez equipos, incluido el seleccionado holandés, para desembarcar en un destino que siempre figuró entre sus deseos.

Koeman le dio el sí al segundo llamado de Barcelona en ocho meses. En enero había declinado cortésmente ser el reemplazante de Ernesto Valverde porque estaba planificando la participación en la Eurocopa con Holanda. La pandemia hizo saltar todos por los aires y ahora no dejó pasar la oportunidad. Asume en un Barcelona que agudizó la crisis que ya se insinuaba hace ocho meses.

Hubo otro intento fallido de Barcelona por contratarlo. Fue en 2003, cuando finalmente asumió su compatriota Rijkaard. Joan Laporta había ganado la presidencia y atendió la recomendación que Cruyff le hizo de Koeman. “Me preguntaron si tenía interés en dirigir al equipo. Claro que sí, les respondí, pero tengo un año más de contrato con Ajax, y no creo que me dejen salir gratis. No quisieron poner plata y no pasó nada”, recordó Koeman hace varios años.

Ahora sí Barcelona estuvo dispuesto a pagar un resarcimiento de entre cuatro y cinco millones de euros para que la Federación de Holanda lo libere. Koeman-Barcelona era un matrimonio que en algún momento se iba a dar, solo faltaba ponerle fecha. Es el momento.

“Soy holandés: para defenderme, mejor primero ataco. Vengo de una cultura futbolística que no entiende el juego sin un campo abierto y la llegada por las bandas”, declaró hace años, a modo de credo futbolístico.

Más acá en el tiempo, en abril, entrevistado por radio Catalunya, definió al Barcelona de Guardiola como el “mejor de la historia del club”. Pep es el eslabón catalán en la escuela holandesa, alguien que se crio en la cultura del Dream Team de Cruyff, a quien Koeman definió como “un Dios” para el barcelonismo y el técnico que más lo marcó con su filosofía futbolística.

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