Leo Messi dejará de ser jugador del FC Barcelona en cuestión de minutos. A las 0.00 horas de este 1 de julio, el contrato entre el argentino y la entidad blaugrana llegará a su final sin que las partes hayan llegado a un acuerdo todavía. Pese a que no sea más que algo simbólico, pues las negociaciones siguen en marcha, no deja de ser un síntoma de que está siendo mucho más complicado de lo que se presuponía alcanzar el punto de encuentro entre las dos partes.
Messi desea seguir en el Barcelona, y Joan Laporta quiere, como no podía ser de otra forma, que Leo continúe de azulgrana, pero hay varios aspectos que complican y mucho el acuerdo, con el aspecto económico como fundamental traba. La Pulga sabe que no va a poder cobrar lo mismo que en su anterior contrato –nada menos que 555 millones de euros en total por cuatro años–, dada la complicadísima situación de la tesorería azulgrana. Pero aún así, cuadrar el sueldo que exige Messi sigue siendo difícil de asumir para un club al borde de la bancarrota y que recientemente ha tenido que pedir un préstamo de 500 millones a Goldman Sachs para hacer frente a los pagos inmediatos (los del mes de junio, nóminas de los jugadores incluidas).
Pero el problema no está solo en el estado de la economía del Barça, también en el Control Económico de la Liga. La pandemia ha disminuido drásticamente los ingresos del Barcelona, y ello provocará que el dinero que el club culé puede destinar a pagar a sus jugadores disminuya: 382 millones de euros pudo destinar en la plantalla la pasada temporada, para la siguiente la estimación es que será una cantidad bastante inferior.
Así, Laporta está buscando la forma de poder pagar el altísimo salario de Messi sin saltarse las normas de LaLiga. El pago en diez años es una de las fórmulas que está estudiando el FC Barcelona, ligando la figura de Leo a la entidad para la próxima década aunque no sea como jugador, pero no es nada sencillo ni convencer al futbolista (jugaría dos años de azulgrana, dos en Estados Unidos y luego volvería al Barcelona), ni encontrar la manera de qué LaLiga (a través de un organo externo) no considere que se están saltando sus normas.
Para alcanzar el acuerdo, el Barça necesita urgentemente bajar la masa salarial, desbocada con los contratos firmados en la anterior etapa con Josep Maria Bartomeu al frente. La intención de Laporta es renegociar los contratos a través de varías vías: ampliaciones (bajando así el salario anual), ventas (complicado, con fichas tan altas) e incluso dar la carta de libertad a algunos futbolistas. Pero son muchos los casos de jugadores imposibles de colocar, por lo que el Barça optó ya en un primer caso por la vía más radical: el despido. Matheus Fernandes fue el primero, pero habrá que ver cómo le sale la jugada, pues el asunto podría acabar en los juzgados.
Diez meses de tensión
Mucho han cambiado las cosas desde aquel 25 de agosto de 2020, cuando Leo Messi envió un burofax comunicándole al Barça su intención de abandonar el club de inmediato. Bartomeu no dio entonces su brazo a torcer, se remitió a que el argentino no lo comunicó en el plazo acordado y se negó a dejarle salir. Pero precisamente era el presidente azulgrana el gran problema, como el propio Messi confirmó, primero en su entrevista en Goal.com, después con Jordi Évole.
Pese a que La Pulga podía ya negociar libremente con cualquier equipo desde el 1 de enero de 2021, decidió esperar a ver cuál era el resultado de las elecciones al FC Barcelona y conocer las intenciones del presidente que fuera elegido. Joan Laporta resultó ser el ganador, en buena parte gracias a una campaña en la que apeló a su buena amistad con Leo Messi para asegurar que podría conseguir su continuidad para la siguiente temporada.
Como Laporta prometió, el argentino le está escuchando y está poniendo de su parte para continuar de azulgrana. Su prioridad es el Barça y hasta está dispuesto a rebajarse y mucho su sueldo. Pero aún así, el salario de Leo es difícil de asumir para el actual Barcelona, y el argentino también exige un buen proyecto deportivo para continuar. De momento, el presidente blaugrana le ha traído a su gran amigo el Kun Agüero y a Memphis Depay. Pero Messi tiene una obsesión, ganar de nuevo la Champions, su valoración del proyecto de Ronald Koeman influirá y mucho en su decisión final.
Mientras, Messi disputa la Copa América con Argentina aparentemente al margen de todo. Lo hará ya como jugador totalmente libre mientras tiene a todo el barcelonismo en vilo y al mundo pendiente de si se queda en el Barça o emprende una nueva aventura.
Toni Roca: “LaLiga va a mirar con mucho ojo lo que va a hacer el Barça”
¿Afecta al Control Económico de LaLiga que la firma se produzca una vez finalizado el contrato? No, lo que contará para LaLiga es el límite salarial, no lo establece en función de cuándo le renueva sino de cuánto le va a pagar. Al final el importe del salario va comprometido para la temporada 21/22, da igual que lo hayas acordado en enero o en julio.
¿El control económico está influyendo en algo en la renovación de Messi? Algo no, seguro. Mantener a Messi, ya lo dijo Tebas, implica que van a tener que recortar en otro lado. Es un tema de única y exclusivamente de números, ver cómo van a poder encajar las exigencias de Messi con el control económico de LaLiga.
¿Puede LaLiga saltarse su propia norma por Messi? Entiendo que no. Eso lo examina un comité de expertos contables que analiza todo esto que son expertos independientes. Al revés, LaLiga va a mirar con mucho ojo lo que va a hacer el Barça, sabe que está en una situación muy delidada y tiene que mirar que no se salte los límites. Sería prevaricación. No veo que LaLiga haga la vista gorda.
¿Qué pasaría si a Messi se le paga en 10 años? ¿Contaría en el Control Financiero para los años siguientes? No sé contablemente cómo lo establece el control LaLiga, pero es salario. No deja de ser un dispendio que un club realiza en un jugador. Porque si no sería facilísimo saltarse el control económico, empiezas a hacer pagos aplazados. Ese coste no se podría imputar a la situación actual, pero sí a los siguientes.
* Toni Roca es fundador del despacho de abogados Himnus y experto en derecho del fútbol