El club catalán y la empresa Nike viven un momento crítico en su extensa relación, con acusaciones cruzadas entre el club y el proveedor de la indumentaria.
Si algo le faltaba al Barcelona, que corre de atrás al Real Madrid en la Liga de España y puede quedarse sin nada en esta temporada, era entrar en cortocircuito con uno de sus principales patrocinadores. Pero ocurrió. Un error de fabricación de la nueva camiseta que Nike ideó para la temporada 2020-2021 hizo que una gran cantidad de casacas que estaban distribuidas en el mercado mundial emprendieran la vuelta, con un perjuicio económico millonario.
¿Qué pasó? La nueva indumentaria tiene un problema de fábrica que destiñe ante el primer lavado. Inclusive con la misma transpiración. Un grosero error que puso los pelos de punta a la dirigencia catalana y que generó un alto quiebre de la relación entre los españoles y la multinacional estadounidense.
La camiseta del tipo Vapor Match, la más cara, no presentaría inconvenientes. Sin embargo, las que se venden de manera más masiva, las Stadium, sí. Y por ende no pueden comercializarse.
Los medios españoles se hicieron eco de la información y, según publica “Mundo Deportivo”, son varios los dirigentes catalanes que se muestran inflexibles ante el problema y exigen que Nike asuma su responsabilidad y les adelante el dinero perdido.
Con las firmas del presidente catalán Josep María Bartomeu a la cabeza, junto al vicepresidente Oriol Tomàs y el ejecutivo Joan Carles Raventós, Barcelona le envió una carta a Nike exigiendo el resarcimiento. Es más, hay amenazas de ir a juicio si las conversaciones en busca de una solución no se retoman durante esta semana.
En base a estudios de mercado de años anteriores, se calcula que debido al retraso de salida, la pérdida de ventas durante el verano europeo oscila entre 20 y 25 millones de euros.
La furia de los catalanes estalló cuando Nike, de manera unilateral, sacó a la venta ambos modelos sin haber pasado por los canales oficiales. De hecho, según consigna el sitio “Depor”, las nuevas camisetas se pueden conseguir en varios locales catalanes. Sin embargo, todavía no están en venta en los sitios oficiales que regentea Barcelona y, debido a este inconveniente de fabricación, todavía no pudo presentarlas de manera oficial.
Según publicó “Sport”, esos saltos en los protocolos agitó las aguas en la relación institucional-empresarial. Y elevó la temperatura cuando desde Nike se ordenó retirar las camisetas falladas bajo una órden estricta de que sean devuelta a los proveedores por “falla en su confección”.
La relación entre la multinacional y Barcelona comenzó en 1998 y tiene una vigencia de contrato hasta 2026. La última renovación se produjo durante 2018, cuando Nike le aseguró a los catalanes un ingreso anual mínimo de 105 millones de euros y un máximo de 155 millones.
Si bien desde la empresa no se oficializó cuando realmente estarán a la venta los modelos fallados, se estima que recién estarían disponibles a partir de septiembre. Lo que no hay dudas es que hasta entonces se seguirán escribiendo nuevos capítulos de esta saga.