Mucho se habló a lo largo de la historia del fútbol en Estados Unidos. Se dijo que era un deporte naciente, que no era el más importante y que nunca iban a poder estar a la altura de las grandes selecciones del mundo, pero los intentos de conseguirlo se han hecho durante décadas.
En la noche del domingo, Estados Unidos se adjudicó la primera edición de la Liga de Naciones de la Concacaf superando en la final 3-2 a México y además de ser el pionero en este torneo se trató de un título clave para una generación de futbolistas que ilusiona a propios y extraños.
Pasaron jugadores como Brad Friedel, Tim Howard, DaMarcus Beasley, Claudio Reyna, Clint Dempsey o Landon Donovan que para muchos fue de las mejores generaciones de la historia, pero ni siquiera esa pudo dar el golpe. Desde hace unos años la ilusión de Estados Unidos en el fútbol se renovó y lo hizo gracias a una camada de jugadores que ya muchos consideran como la “generación dorada”.
El soccer ya hoy es fútbol y es el mismo que se juega a lo largo y ancho del globo terráqueo lo que también le abrió las puertas a estos jóvenes para que hoy brillen en grandes equipos del fútbol mundial.
Una prueba más que clara de ese detalle es que con el arquero Zack Steffen (Manchester City) de un lado y el delantero Christian Pulisic (Chelsea) del otro, la temporada 2020/21 fue la primera que tuvo a dos estadounidenses disputando la UEFA Champions League.
Pero los ejemplos realmente abundan. Si uno analiza el once inicial que salió a la cancha ante México se encuentra con que además de Steffen y Pulisic, saltaron al campo jugadores como Weston McKennie (Juventus), Sergiño Dest (Barcelona) o Giovanni Reyna (Borussia Dortmund), hijo de Claudio.
En una escala un poco más abajo encontramos a futbolistas como Mark McKenzie (Genk de Bélgica), John Brooks (Wolsfburgo de Alemania), Tim Ream (Fulham de Inglaterra), DeAndre Yedlin (Galatasaray) y Josh Sargent (Werder Bremen de Alemania).
Kellyn Acosta (Colorado Rapids) fue el único jugador del equipo que paró Gregg Berhalter que juega en el torneo local.
Como si eso fuera poco, salvo Steffen (26), ninguno de los que juega en los grandes equipos del fútbol mundial supera los 22 años lo que también le dio un promedio de edad al equipo estadounidense de apenas 24 años.
Los títulos transforman a un equipo en ganador y la “generación dorada” ya consiguió uno. Solo queda esperar para saber si los sigue acumulando y si esta será la camada que consiga el batacazo en el fútbol de selecciones.
41 equipos en busca de la gloria
Al igual que sucede desde hace unas temporadas en Europa, la Liga de Naciones se impuso en Concacaf. Sin dejar de lado de la Copa de Oro (como sucede con la Eurocopa en el Viejo Continente) las selecciones divididas en tres ligas buscan el título en un torneo que cuenta con sistema de ascenso y descenso y que también otorga cupos para los playoffs de la Copa de Oro.
En esta primera edición, Estados Unidos fue el campeón por ser el mejor de la Liga A, mientra que Granada, El Salvador, Jamaica y Surinam ascendieron a la misma de la Liga B. Barbados, Bahamas, Guatemala y Guadalupe subieron un escalón desde la Liga C.
Cuba, Bermudas, Trinidad y Tobago y Haití perdieron su lugar en la Liga A, mientras que San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Aruba y Dominica descendieron de la Liga B a la C.
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— CBS Sports Golazo (@CBSSportsGolazo) June 7, 2021