Eran tres los pilares que servían para sostener todo un modelo de negocio y explotación. Mientras en Inglaterra se apostaba por la fortaleza global del campeonato y por construir una liga competitiva como gran valor para vender el producto, LaLiga focalizó sus esfuerzos en darse a conocer mundialmente como el campeonato de las grandes figuras, con la rivalidad entre Messi y Cristiano Ronaldo en su apogeo y con el heredero al trono, Neymar, como tercer espada. Ahora, con la posible salida del argentino, el único de ese trío que aún permanece en España, la patronal teme un duro golpe que afecte no solo al Barça, sino a todos sus equipos en medio de la peor coyuntura económica posible.
La incertidumbre generada por la pandemia de la covid-19, unida al terremoto que supondría la salida del mayor reclamo de la competición, puede afectar también al deporte español (en los Pactos de Viana se acordó dedicar parte de los recursos que genera el fútbol al rescate del resto de deportes federados). Con Neymar en París desde 2017 y con Cristiano en Turín desde 2018, la decisión de Messi, si se consuma su adiós (el Manchester City es el mejor posicionado), supone un nuevo paso atrás en la imagen internacional de un campeonato que año tras año va perdiendo poder de atracción de las nuevas estrellas que surgen en el fútbol mundial y cuyos equipos han sido incapaces de competir en los últimos dos años en la Champions.
“La salida de Cristiano tuvo un impacto casi nulo”, decía Javier Tebas en Rac1 en junio. “Messi es el mejor jugador de la historia del fútbol y lo hemos tenido siempre en nuestra Liga. Yo creo que su salida sí se notaría. Desde luego, más si se fuese a jugar a otra Liga”, reconocía el presidente de la patronal, que este domingo se posicionó del lado del Barça al asegurar que no dará la baja federativa al argentino si no abona la cláusula de 700 millones.
A la hora de venderse como producto televisivo, la competición vive al rebufo de la Premier League desde hace una década. Según un informe de Deloitte, LaLiga generó 3.375 millones de euros en la temporada 2018-2019, a la par que la Bundesliga y muy lejos del campeonato inglés (5.851). Solo en derechos audiovisuales, la Premier recibió más (3.459) que el total de cualquier otro torneo.
“Es cierto que la salida de Messi restaría seguimiento de espectadores del ámbito internacional, y eso nos afecta negativamente a todos los equipos. Hay países en los que los aficionados son de jugadores, no de equipos, como puede ser el mercado asiático. La televisión cada vez es más global y los grandes jugadores son los que atraen seguidores”, dice Fran Canal, director general de Osasuna. “Teníamos miedo a que llegara esta situación y ahora, a temblar. Nosotros vivimos en una gran parte de la venta de los derechos, y más tal y como estamos ahora, con el desplome de las otras fuentes de ingresos. Vendrán otros grandes jugadores, pero no se adivinan sustitutos a la altura de él o de Cristiano a la hora de fortalecer el producto”, desliza un miembro de la junta directiva de otro equipo de Primera División.
Si la salida de Ronaldo llegó en una época de crecimiento, la puja por Messi ha caído en medio de una pandemia sin precedentes. Tras los focos que acapara argentino, este año han salido de España jugadores consagrados como Cazorla, Banega o Rodrigo y valores jóvenes y al alza como Achraf, Ferran y Salisu. Una fuga de talento que se está convirtiendo en tendencia en las últimas temporadas y que incrementa el temor de los clubes, cuya capacidad para retener el talento es cada vez menor frente a las ofertas del extranjero y que, además, han sufrido pérdidas millonarias en los últimos meses al tener que jugar partidos a puerta cerrada, sin poder ganar dinero por la venta de entradas, museos, restauración y tiendas oficiales, una parte del negocio que supone el 16% del total y que seguirá parada por un tiempo todavía indefinido.
Mientras la distancia con la Premier aumenta, otros campeonatos acechan como competidores a la hora de repartirse la parte restante del pastel. Italia, que hace un año aprobó rebaja fiscal que beneficia, entre otras cosas, a los clubes que contraten a jugadores extranjeros, sigue por detrás pero recorta terreno. Su capacidad para atraer grandes estrellas, como ocurrió con Cristiano, ha crecido. En esa tesitura, Tebas deberá negociar la venta de los derechos televisivos para el periodo 2023-2025. Si ya lo hacía teniendo que lidiar con el hándicap de la pandemia, lo que hacía prever una disminución de los ingresos, ahora puede que tenga que jugar sin Messi, su mejor carta.
Vía Diario El País