Los incidentes que se produjeron en la noche del domingo al lunes en torno al estadio Velódromo donde se disputaba el clásico del fútbol francés entre el Olympique de Marsella (OM) y el París Saint-Germain dieron lugar a 21 detenciones.
Fuentes policiales por el canal BFMTV y por la emisora France Info precisaron que también hubo nueve heridos entre los agentes de las fuerzas del orden en los enfrentamientos.
Los mayores altercados se produjeron durante la primera parte del encuentro, cuando cientos de personas intentaron entrar en el estadio pese a que las puertas estaban ya cerradas, lo que necesitó la intervención de las fuerzas del orden, que utilizaron gases lacrimógenos.
Olympique Marseille vs Psg
24/10/21🇨🇵 pic.twitter.com/3de5mNghvk— ULTRAS (@fotos_ultras) October 24, 2021
Dentro del Velódromo, 65.000 personas llenaban las tribunas y el partido, que finalizó con empate a 0, también quedó marcado por los incidentes. El lanzamiento de diferentes objetos obligó a detener el juego en dos ocasiones con Neymar como principal objetivo. Los petardos y bengalas crearon una espesa niebla y un espontáneo saltó al terreno de juego.
Ante el temor de que hubiera actos de violencia por los precedentes en otros clásicos que se habían disputado en la ciudad en años anteriores, la Prefectura de Policía había prohibido cualquier desfile y se había impedido el desplazamiento de los aficionados del PSG a Marsella.
El capitán del Olympique, Dimitri Payet, había lanzado antes del clásico un mensaje en las redes sociales para pedir a los aficionados “ejemplaridad”, algo que también hizo el presidente, el español Pablo Longoria, en una carta.
Después del partido, Payet criticó el lanzamiento de diversos tipos de proyectiles desde las gradas y dijo: No se puede decir que a esas personas les guste el OM y que sean aficionados de este club porque nos pueden penalizar”.
El Marsella ha sido sancionado ya en dos ocasiones esta temporada por la Liga de Fútbol Profesional por altercados en las tribunas, la primera por un partido en Niza el 22 de agosto y luego por otro en Angers el 22 de septiembre.
Con esos antecedentes, el equipo estaba amenazado por la pérdida de un punto en la clasificación en caso de reincidencia.