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El Barcelona impone cláusulas “anti Piqué” en los nuevos contratos de sus futbolistas

Gerard Piqué - 8.580.000. (Agencias)
Gerard Piqué - 8.580.000. (Agencias)

Los nuevos tiempos, con sus novedosas tecnologías y su creciente globalización, han provocado una reacción en los clubes de fútbol, que buscan salvaguardar sus intereses acotando quirúrgicamente los derechos y obligaciones de los jugadores. Sus contratos laborales pueden alcanzar la treintena de páginas y, además de recoger sus retribuciones económicas, también delimitan aspectos como sus derechos de imagen, normativas federativas, derechos de expresión, cuestiones relativas a la asistencia médica, cláusulas de confidencialidad, prohibiciones taxativas (relativas a actividades en tiempo de ocio, al comportamiento fuera del club o al consumo de productos nocivos) e incluso condiciones de exclusividad. Cada vez más, los clubes quieren evitar la dispersión de sus estrellas. Lo advertía Camacho cuando era entrenador del Espanyol, hace casi 25 años. «Los futbolistas son empresarios que en su tiempo libre se dedican a jugar al fútbol», ironizaba el técnico cada vez que uno de sus jugadores acudía a un acto comercial.

Según ha podido conocer ABC de fuentes del Barcelona, la entidad catalana ha incluido una serie de cláusulas novedosas en los contratos que han firmado los últimos fichajes para evitar que se repitan situaciones que no han gustando en la planta noble del Camp Nou, casi todas ellas protagonizadas por Gerard Piqué y que antes no figuraban en los acuerdos de vinculación con los futbolistas azulgranas.

Desde la pasada temporada, cualquier jugador que quiera vestir la zamarra culé debe someterse a un requisito de dedicación exclusiva que le impide compatibilizar su vida como futbolista con cualquier otra actividad profesional, salvo que consiga la expresa autorización del Barcelona. La «polifacética» vida de Piqué, con numerosos negocios vinculados con la restauración, comunicación, hostelería, moda, juegos electrónicos o bebidas isotónicas es el claro ejemplo de lo que quiere evitar el club catalán. Las dos últimas incursiones del central barcelonista han sido la compra del Andorra y la organización de la Copa Davis, lo que le mantiene ocupado todos aquellos momentos en los que no tiene un balón en los pies.

Viajes diarios

Si durante la celebración del evento tenístico en Madrid a finales de noviembre vivió a caballo entre la Ciudad Deportiva del Barcelona y la Caja Mágica, con viajes diarios a la capital, el propio futbolista reconoció que en agosto de 2018 había viajado a Orlando sin permiso de Valverde con motivo de sus compromisos con la organización del torneo. Tras ganar la Supercopa contra el Sevilla con gol del propio Piqué, el central le aseguró que solo se iba a perder un entrenamiento. «Me preguntó dónde era y cuando le dije Orlando, se sobresaltó: ‘Ni hablar, es un viaje muy largo’. Yo insistí en que volvería y ganaríamos. Así fue, se aprobó el formato y cuando regresé, ganamos», desveló entre risas.

“Le dedico 24 horas y siete días a la semana al tenis. Es el proyecto de mi vida y creo que estamos en buen camino. Cuando crees en algo y tienes un equipo como el mío, trabajas todo lo que puedes para hacerlo realidad», añadió en el diario «As». Unas declaraciones que suscitaron polémica y que posteriormente se vio obligado a matizar. Pero en el club no sentaron bien y ahora trata por todos los medios que esta situación no se repita con ningún futurible.

Los contratos también se han amoldado al crecimiento de las nuevas tecnologías y del uso que se hace de ellas. Desde el Barcelona se quiere controlar tanto la aparición de los futbolistas en las redes sociales como los mensajes que lanzan a través de ellas. Ante la dificultad de encorsetar la libertad de expresión de sus jugadores, se pretende salvaguardar la imagen del club. Secuencias como la publicación de la foto de Piqué y Neymar pocos días antes de la marcha del paulista al PSG asegurando que se quedaba o la publicitación de un documental sobre Griezmann en la que el francés daba calabazas a la entidad catalana son ejemplos en los que se basanlos abogados que redactan los acuerdos contractuales de los futbolistas azulgranas.

El Barcelona prohíbe lautilización de las redes socialesmientras el jugador esté bajo su disciplina y, especialmente, durante partidos, entrenamientos y concentraciones. Además, se le insta a omitir comentarios técnicos, deportivos o sociales, algo que se traslada también a sus comparecencias públicas o durante sus entrevistas con los diferentes medios de comunicación. Al mismo tiempo prohíbe la difusión de imágenes que hayan sido tomadas en ámbitos a los que no tiene acceso el público en general, como entrenamientos, vestuario, hotel de concentración… La imagen de Messi y Suárez junto a Neymar con el comentario «volvió» poco después de que el brasileño fuera demandado por el Barcelona tampoco gustó en el despacho presidencial.

ABC.es

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