sábado 28 diciembre, 2024
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Algunas conclusiones de la jornada de Europa League

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Regresó el fútbol europeo a nivel internacional con la Europa League, algunas sorpresas, y otras no tanto, acá compartimos algunas conclusiones hechas por MarcadorInt.com sobre la jornada

Sevilla: Por algo dicen que es su competición

El Sevilla ha vuelto a unos cuartos de final de la UEFA Europa League por la puerta grande. Ganó a la Roma con suma autoridad en Dusseldorf, siendo muy superior a los de Paulo Fonseca en todo momento, con y sin balón, y su actuación, después de acabar LaLiga cuarto, empatado a puntos con el Atlético de Madrid, ha sido un mensaje de alerta para los otros siete equipos que aún están vivos en la competición. Julen Lopetegui volvió a apostar por el 4-3-3 que tan buen rédito le hado este curso, aunque con más novedades de inicio de las previstas. Con En-Nesyri en punta, en lugar de De Jong, y Ocampos por izquierda, cediendo su sitio (por derecha) a Suso, el Sevilla se impuso claramente a la Roma por calidad (técnica), estrategia (táctica) y físico. Si en la previa decíamos que el duelo Diego Carlos – Edin Dzeko podía condicionar todo el encuentro, la contienda individual entre el central brasileño y el delantero bosnio fue favorable para el Sevilla. El cuadro hispalense salió a dominar desde el arranque, queriendo tener el balón para volcarse en la portería de Pau López y presionando con mucha insistencia de manera automática tras pérdida, y de abajo arriba construyó su dominio. La superioridad de Diego Carlos (y Koundé) sobre Dzeko, la clarividencia de Banega en uno de sus últimos servicios con el Sevilla, la determinación de Ocampos y la cantidad de cosas que En-Nesyri ofreció siempre por delante de la pelota, tanto al pie como al espacio, tanto por dentro como desde fuera (atacando inteligentemente el intervalo entre Kolarov y Spinazzola, una de las debilidades del rival), dieron fondo y forma a una de las actuaciones más convincentes -sino la que más- de la ronda de octavos. A.B.

El Leverkusen sentencia cinco meses después

Pocas opciones tenía el Rangers de dar la sorpresa tras el 1-3 en contra de la ida y finalmente el Bayer Leverkusen confirmó su presencia en cuartos de final de la Europa League. Los de Peter Bosz, con Exequiel Palacios en el doble pivote y Sinkgraven a la izquierda de la zaga, iniciaron bien el partido, con varias llegadas al área del Rangers que incluyeron un tirazo al travesaño de Havertz algo después del minuto 10. A pesar del mes de inactividad, el equipo alemán jugó como sabe, llevando el peso del partido y presionando fuerte a su rival. Delante, el Rangers estaba ubicado en un bloque bajo y buscando los contragolpes, con envíos hacia Ryan Kent y Brandon Barker, que sustituía a Ianis Hagi en la formación inicial. Havertz, que ya había gozado previamente de una gran ocasión, tuvo otra tras un gran pase por encima de la defensa de Exequiel Palacios, en la cual echó el balón fuera por centímetros tras achicarle todo lo posible los espacios el veterano Allan McGregor, que también detuvo en el final de la primera parte un cabezazo del adolescente Florian Wirtz, titular ante la baja de Bellarabi. Tras empezar la segunda parte atosigando al Rangers con centros y balones parados, el Bayer encontró el gol gracias a Moussa Diaby, con quien Aránguiz conectó gracias a otro gran envío por encima de la zaga. El francés definió como los ángeles, haciendo un control orientado con el pecho y definiendo a la escuadra para batir a McGregor. Havertz, presente en todas pero con el día fallón, se perdió otro uno contra uno tras un pase filtrado de Volland. La única ocasión del Rangers la tuvo Goldson a la salida de una falta lateral, en la que Hradecky salió fatal y Tapsoba se vio obligado a despejar en la línea de gol. A pesar de su mayor rodaje, el Rangers nunca estuvo en disposición de meterse en la eliminatoria frente a un Leverkusen muy serio, que ahora tendrá delante al Inter de Conte, uno de los máximos candidatos al título. J.N.

Un Wolverhampton muy con lo justo

El Wolverhampton debió sudar sangre ante Olympiacos para certificar su pase a la siguiente ronda de la UEFA Europa League. El partido se le puso de cara muy pronto a los de Nuno Espírito Santo tras una concatenación de errores griegos que acabó en un penalti muy evitable de Allain, el portero suplente de Olympiacos (tras la baja por lesión de José Sá), que Raúl Jiménez transformó en el primer y único tanto del partido. Pero los Wolves optaron por proteger su ventaja como tantas otras veces, desde el espacio y no a través del esférico, entregando toda la iniciativa a su rival y esperando su momento para salir rápido al espacio, pero Olympiacos aprovechó ese escenario para dominar a los de Nuno durante largas fases del encuentro. El flamante campeón griego gozó de oportunidades muy claras para haber mandado el partido a la prórroga, entre el remate al larguero de El Arabi o las buenas intervenciones de Rui Patricio bajo palos, pero ese dominio no se trasladó al resultado. El Wolverhampton completó uno de sus partidos más flojos de la temporada, y no solo desde el reinicio del fútbol tras el parón, puesto que, una vez elegida y asumida la inferioridad desde la que más cómodo se encuentra normalmente, fue incapaz de amenazar con continuidad la portería de los griegos. De hecho, acabó pidiendo incluso hasta la hora en el último tramo, aunque Jota, entrado desde el banquillo en la segunda mitad, desperdició un regalo de la defensa de Olympiacos y no puso fin a la agonía con la que terminó su equipo el partido. Aunque la Premier acabó hace escasas dos semanas, y el ritmo, en principio, no debería haber sido un problema, al equipo le costó más de lo previsto. Y le espera el Sevilla. A.B.

Demasiado lastre para el Eintracht

Con el 0-3 en contra del partido de ida y un mes después de esa dinámica positiva que hizo que el Eintracht pasase de temer al descenso a ilusionarse con Europa, los de Adi Hütter no fueron demasiado competitivos en la vuelta de octavos contra el Basilea. Amasando bastante posesión en los primeros minutos, el Eintracht no puso en peligro al cuadro helvético, que contuvo bien a Bas Dost y André Silva, siendo este último sustituido al descanso. Filip Kostić, multiplicándose en la banda izquierda para ser de nuevo el desatascador del equipo, tuvo la única ocasión del Eintracht en la primera parte que no fue a balón parado, apareciendo por banda y disparando fuera tras una disputa de André Silva con los centrales. Hinteregger y Dost, en jugadas preparadas, gozaron de buenas ocasiones. El Basilea fue realmente peligroso por derecha con Widmer, lateral siempre muy ofensivo y con la portería en la cabeza. El ex de Udinese, cual gota malaya, tuvo hasta cuatro ocasiones de marcar con sus incontables apariciones por derecha, aprovechándose de los espacios a la espalda de Kostić. La más clara de ellas un uno contra uno al inicio de la reanudación en que Trapp le achicó perfectamente en salida. En la segunda parte, el Eintracht se volcó buscando un 0-1 que le habría permitido meterse en la eliminatoria, pero las ocasiones escasearon y en los minutos finales el Basilea aprovechó la falta de tensión defensiva para sentenciar el cruce con un gol de Fabian Frei, entrando hasta la cocina con una conducción entre los centrales rivales que vino precedida de una pared con Widmer. El equipo de Marcel Koller, que ha protagonizado una temporada realmente mediocre en su liga, sigue adelante en Europa League y puede igualar su pico histórico de semifinales (alcanzado en la 2012-13) si elimina al Shakhtar el próximo martes. J.N.

Solbakken y Falk descosen el plan de Okan Buruk

El FC Copenhague estará en cuartos de Europa League por primera vez en su historia. Lo logró gracias a una tremenda actuación coral, coordinada por su técnico Solbakken, que le ganó claramente la partida a su homólogo Okan Buruk. Buruk es uno de los técnicos de mayor nivel y potencial de Turquía, pero en este encuentro no pareció adaptarse en ningún momento a lo que pedía el partido. Su planteamiento inicial, demasiado conservador, le regaló preciados metros al Copenhague para desplegar su juego y para que apareciera la diestra de Rasmus Falk Jensen. El técnico centrocampista danés de 28 años inició la jugada del primer gol de Wind, que igualaría la eliminatoria, y se demostró imparable para el sistema del Basaksehir. Habían pasado sólo cuatro minutos y el plan de Buruk se tambaleaba. Con Mehmet Topal y Tekdemir en el doble pivote, a los turcos les costó salir con la pelota jugada las pocas veces que recuperaban, con el bloque demasiado abajo. Sólo los toques de Demba Ba lograron asentar a su equipo en campo rival, pero apenas generaron peligro. Nada más comenzar el segundo tiempo, una mano de Topal en su área desempató la eliminatoria, y el cambio de planteamiento de Buruk fue quizá demasiado radical. Quitó a los dos pivotes del campo, y acumuló dentro a sus hombres más desequilibrantes. Quizá fue la señal que aguardaba Solbakken para mover el banquillo y explotar la velocidad de Daramy al contraataque y proteger el centro del campo con Stage. Y, claro, dejar que Falk hiciera el resto. Sin apenas oposición, el danés resolvió la eliminatoria conduciendo por dentro y su equipo nunca llegó a sufrió atrás. El trabajo de Solbakken y sus chicos mereció la histórica clasificación. E.M.

Lukaku fue demasiado para el Getafe

El miércoles en Gelsenkirchen se enfrentaron dos de los mejores equipos en lo suyo. El Inter de Antonio Conte, posiblemente el equipo con la mejor salida de balón (por fondo y alternativas que maneja) de todo el fútbol europeo, y el Getafe de José Bordalás, la presión más incómoda, fructífera y asfixiante, al menos hasta el parón por la pandemia. Ganó el Inter, que se medirá al Bayer Leverkusen en cuartos. Y lo hizo, además, de una manera justa: reponiéndose al buen arranque de su rival y reafirmándose, a los puntos, como uno de los grandes candidatos a alzarse con el título. Antonio Conte volvió al sistema 3-5-2 que tantas veces ha usado esta temporada y también durante su trayectoria, dejando para el final el 3-4-1-2 que ha venido vistiendo al Inter recientemente con la entrada de Eriksen por detrás de los dos puntas. Y desde ese mismo sistema, aprovechando los pequeños resquicios que el Getafe concedió en su presión, el Inter empezó poco a poco a adueñarse del encuentro. La superioridad de Lukaku sobre los dos centrales del Getafe fue abismal, tanto por físico como por recursos, como quedó de manifiesto en la acción del uno a cero. Ya con el marcador a favor, una vez consiguió el Inter responder a la buena presión inicial azulona, que volvió a apostar por una defensa de los intervalos (y no hombre a hombre), el cuadro de Antonio Conte consiguió asentar su dominio tras el descanso. El Getafe tuvo opción de meterse en el partido a 15 minutos del final, con un penalti por mano de Godín, pero Jorge Molina desperdició la pena máxima. Otro penalti, otra oportunidad errada desde los once metros, como en La Nucía en la última jornada ante el Levante, que, de alguna manera, vuelve a deparar un final muy cruel para un equipo al que le ha costado volver a ser mismo. A.B.

Un recuerdo imborrable para Wiesinger

La vuelta entre Manchester United y LASK tuvo pocos de los ingredientes de un partido de fútbol convencional. El resultado de la ida (0-5) pesó demasiado y las circunstancias no ayudaron. El Manchester United, un equipo que apenas rota normalmente, salió con un once repleto de jugadores poco habituales y faltos de rodaje. Y el LASK salió voluntarioso, consciente del premio que es para el club y la plantilla jugar un partido en Old Trafford, pero también de la imposibilidad de darle la vuelta a la eliminatoria. Fue una buena carta de presentación en el banquillo visitante para Dominik Thalhammer, que regresó al fútbol masculino después de 9 años dirigiendo a la selección austríaca femenina. En principio, Thalhammer asumirá la dirección deportiva y las labores de entrenador del primer equipo durante la temporada que empieza. Apenas realizó cambios con respecto a su predecesor, como era lógico, por la falta de tiempo de preparación y porque el LASK era un equipo que funcionaba realmente bien hasta hace poco. El agresivo 3-4-3 de los austríacos dificultó enormemente la circulación de un United con las piezas poco engrasadas y provocó que el LASK fuera ligeramente superior en la primera parte. Fue en la segunda cuando lograron adelantarse, con un golazo espectacular del defensa Wiesinger. Probablemente, el mejor que haya marcado nunca y en el campo más especial. Unos minutos después, para empañar la batallita que le contará a sus descendientes, contribuyó a meter en su propia portería un disparo de Lingard tras asistencia de Mata. El mediapunta español, que demostró ser de los pocos “suplentes” al nivel de los más habituales, también le regaló a Martial el 2-1 que cerró el partido. Cuando entraron hombres como el propio Martial o Pogba se vio porqué el United de Solskjaer ondea la bandera de favorito a llevarse la competición. El LASK, por su parte, se despide de Europa con un regusto amargo, pero habiendo dejado grandes recuerdos y partidos al nivel de los mejores. E.M.

Los goles fueron de Moraes, el fútbol, de Marlos

El Shakhtar de Luis Castro tiene mucho fútbol. Aunque los tres goles que le acabó endosando el miércoles al Wolfsburgo no llegaron hasta el descuento de la segunda mitad, ante un rival claramente condicionado por la desventaja que arrastraba de la ida, el cuadro ucraniano fue bastante superior a los de Oliver Glasner desde el inicio. El Shakhtar demostró ser un equipo muy rico en cuanto a posibilidades y recursos para superar y girar la presión adelantada del Wolfsburgo, que salió a morder con Ginczek y Werghost, sus dos delanteros, otorgándole bastante libertad a todas sus piezas para moverse y ofrecer las mejores opciones para el colectivo. Los goles acabaron siendo de Moraes, máximo goleador por segunda temporada consecutiva de la liga ucraniana, pero el fútbol lo puso Marlos. El extremo, arrancando desde la derecha a pie cambiado y pisando por dentro con bastante asiduidad, completó una actuación poderosísima tanto por el fondo como por las formas. Para contrarrestar la primera línea de presión alemana, Luis Castro optó por retrasar a Stepanenko -su pivote en medio campo- a la misma altura que Kryvtsov y Khocholava, los dos centrales, a fin de generar así una primera superioridad numérica desde su fase de salida. Conectando con Marcos Antonio por dentro, muy móvil a la hora de ofrecerse y recibir entre los dos pivotes del Wolfsburgo, y conduciendo con Alan Patrick, Taison y el propio Marlos a distintas alturas y en diferentes carriles, el Shakhtar consiguió que el partido se jugase durante bastantes tramos en una única dirección. En unos días, el flamante campeón ucraniano se medirá al Basilea en cuartos. Y una hipotética semifinal podría cruzarle con el Inter en semifinales. Pero por calidad y recursos, teniendo en cuenta las circunstancias que moldean este formato, el Shakhtar Donetsk podría ser uno de los grandes tapados. A.B.

Vía MarcadorInt

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