Parte de la familia de Diego Armando Maradona pidió este jueves saber la verdad de lo ocurrido al icónico exfutbolista, fallecido en noviembre de 2020 a los 60 años, y reclamó que se aclare quiénes son “los titulares de resguardar y proteger” su legado.
En un comunicado difundido a los medios, la exmujer del ídolo Claudia Villafañe, sus hijas Gianinna y Dalma Maradona; así como su expareja Verónica Ojeda y su hijo Diego Fernando Maradona se presentaron como “los herederos” del ex jugador y pidieron que se investiguen los últimos días del exfutbolista.
Esto se produce después de que la Fiscalía pidiera investigar a nueve personas vinculadas al entorno del exfutbolista acusadas de haber manipulado psicológicamente al fallecido astro y de haberle suministrado “alcohol, fármacos y marihuana” para apropiarse de sus bienes y marcas con provecho económico.
En el comunicado, las exparejas de Maradona y parte de sus hijos pusieron en conocimiento que este miércoles “la Fiscalía N.º 15 de la Ciudad de La Plata dio un paso más (como ya lo hicieron la Fiscalía General de San Isidro y el Juzgado Civil N.º 20 de la Ciudad de La Plata) en búsqueda de la verdad objetiva” y que dicha resolución “fue la consecuencia natural” de las pruebas que pudieron recabar.
Se refieren al llamado a declaración como investigados a partir del 22 de marzo de los abogados Matías Morla y Víctor Stinfale y otros siete imputados -Sergio Garmendia, Christian Pomargo, Vanesa Morla, Maximiliano Trimarchi, Stefano Ceci, Carlos Ibáñez, Sandra Iampolsky- vinculados al entorno de Maradona por partes de la fiscal María Cecilia Corfield.
La fiscal considera probado que desde julio a noviembre de 2020, en un barrio cerrado ubicado en el municipio de Coronel Brandsen, en la provincia de Buenos Aires, se redujo a la “condición de servidumbre” al exfutbolista, “restringiéndole el contacto con familiares, amigos y allegados, tanto en forma personal como telefónica, suministrándole alcohol, fármacos y marihuana, y manipulándolo psicológicamente” para “beneficiarse económicamente de los ingresos generados alrededor de su figura”.
Y que en ese contexto, “sin su conocimiento ni consentimiento”, hicieron firmar a Maradona un contrato de concesión de licencia para la explotación económica de sus derechos de imagen, en tanto apuntó a la firma Sattvica conformada por el apoderado de Maradona, Morla, y su cuñado Pomargo, a la que se vinculó también Garmendia, para registrar las marcas del jugador. La causa fue impulsada por algunos de los hijos herederos de Maradona.
“Nuestra intención y la de nuestros abogados fue averiguar qué sucedió en la vida de nuestro padre en el último tiempo de su vida, LA VERDAD DE SU FINAL (sic). También saber la verdad de las acciones de su entorno, quién lo rodeó y aisló durante los últimos años de su vida (probablemente abandonándolo a su suerte), vaciando su patrimonio y haciéndose millonario de la noche a la mañana”, publicaron las mujeres, que se encuentran enfrentadas con Morla.
En su comunicado, parte de los familiares de Maradona -quien tuvo dos hijos reconocidos más: el italiano Diego Maradona Junior y Jana, que no aparecen en la foto que incluye el texto difundo- solicitaron a la Justicia que aclare quiénes son “los titulares de resguardar y proteger el legado de Maradona”.
La Justicia argentina también lleva adelante una causa sobre la muerte del 10.
Maradona falleció a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 y la autopsia al cuerpo del excapitán y exseleccionador de Argentina determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.
También se descubrió en su corazón una “miocardiopatía dilatada”. El campeón del mundo en México 1986 padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre de 2020 por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado de un hematoma subdural por un equipo comandado por Luque.
El 11 de noviembre recibió el alta hospitalaria y se trasladó a una casa en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires, donde falleció el 25 de noviembre.