Una de las suertes del fútbol donde más importa el factor psicológico es el lanzamiento de penaltis. Los porteros son conscientes de ello, y trabajan mucho las tácticas para detenerlos. Estudiar el movimiento del delantero, la posición del pie, recordar por dónde suele lanzarlos, despistar… Todo vale para evitar recibir un gol desde el punto de once metros.
Hay porteros que sencillamente hablan, señalan, saltan de lado a otro… y otros que prefieren usar métodos mucho más heterodoxos. El último ejemplo es Álvaro Jiménez, portero del equipo juvenil del Racing de Santander.
El cancerbero se ha convertido en el fenómeno del momento en División de Honor. Su idea para detener penaltis es totalmente contraintuitiva: en lugar de intentar ganar la máxima movilidad para lanzarse a un lado u otro, se arrodilla. Eso hace pensar al que lanza que no va a levantarse a tiempo, pero Jiménez ha aprendido a saltar como una liebre.
Lo tiene muy estudiado: usa la carrera del lanzador para ponerse en tensión y adivinar su intención para, en el último instante, impulsarse hacia el lado del lanzamiento.
Su última víctima ha sido Kimi, atacante del Atlético Perines (y ex del Racing), que el pasado fin de semana vio cómo el portero detenía su tercer penalti de los cuatro que les han pitado en las siete jornadas disputadas.
¿Penalti en contra del @realracingclub ? No os preocupéis, ¡hay seguro bajo palos!
🙋🏽♂️ ÁLVARO JIMÉNEZ ⛔️
Desafió a Kimi de rodillas y paró su TERCER penalti (de 3 intentos) en siete jornadas 😳
‼️ Qué LOCURA 🤯 pic.twitter.com/YYA1sElq3O
— Diego Balbontin (@diegobalbontin) December 13, 2020