Muchos se han preguntado ¿cuánto mediría hoy Lionel Messi sin el tratamiento al que se sometió? ¿hubiese logrado todo lo que ha logrado? El día que a Lionel Messi le diagnosticaron una deficiencia de hormonas de crecimiento, se le vino el mundo encima. También a Celia y Jorge, los papás. Tenía nueve años y medía 1.25 metros. Nada andaba bien. Los tres pensaron que el sueño de jugar al fútbol y vestir la albiceleste de mayor, quedaría en eso, en un sueño. Afortunadamente, los avances médicos y su propio sacrificio, convirtieron a Leo en un gran jugador en toda la extensión de la palabra.
Diego Schwarzstein, el endocrinologo que detectó problemas de crecimiento en Messi, recuerda que para la familia del hoy mejor jugador de la Tierra, no fue fácil afrontar la situación. Y no solo por lo costoso del tratamiento. “¿Ya no voy a volver a jugar al fútbol?”, preguntaba con temor el pequeño Leo, que por ese entonces marcaba hasta diez goles por partido en las inferiores del Newell’s Old Boys.
“A Leo lo que le interesaba era el fútbol y estaba preocupado por su crecimiento, igual que sus padres. La talla baja no siempre tiene solución, a algunos les toca ser petiso. En el caso de Leo, se inició el tratamiento de la reposición de la hormona”, dijo hace unos años el médico argentino en entrevista con ‘Infobae’.
Según los pronósticos de Schwarzstein, si Lionel Messi no hubiese recurrido a las inyecciones de la hormona del crecimiento, hoy tendría entre 10 a 15 centímetros menos de estatura. Es decir, el crack argentino ganador de cinco Balones de Oro no pasaría de 1.55 o 1.60 metros. Podría haberse transformado en profesional, pero seguramente le hubiera sido mucho más complicado.
¿Cuánto costó el tratamiento de Messi?
Messi llegó al 1.70 metros tras una inversión total de 35 mil dólares. Leo debía inyectarse dos al día durante tres años. Al mes, se gastaban, aproximadamente, 900 dólares en el tratamiento con un costo diario de 35 dólares, es decir 17 dólares por inyección.
La familia de Messi empezó pagando el tratamiento, luego Newell’s tomó la posta, pero la crisis argentina de 2001 hizo que Leo se quedó con el subsidio. Hasta que en España, el FC Barcelona se convirtió en su principal benefactor. Se encargó de los costos del tratamiento y Leo devolvió con creces la confianza que depositaron en él años más tarde ganando todos los títulos posibles con el equipo azulgrana.
El médico de Messi en Argentina
Desde que conoció a Messi, el doctor sintió una identificación total. Ambos eran hinchas de Newell’s y se la pasaban hablando de fútbol en cada visita del prometedor zurdito a su consultorio. Por eso, lo adoptó como su “pichón”. Veía a muchos chicos con el mismo problema, pero este era especial.
“Entre médico y paciente se genera una relación especial, sobre todo en este tipo de casos. Cuando vos sos el médico que lo ayuda a crecer, te tienen admiración y agradecimiento. Hoy yo le tengo admiración a él”, reflexionó Schwartzstein, quien no dudó en afirmar que el tratamiento de Messi se inició en el momento justo.
Diego conoció a Jorge y Celia, los papás de Lionel. “Uno siempre trata de transmitirles a los padres que el problema se puede solucionar”, explicó. El tratamiento se fue haciendo a los ponchazos: primero lo cubrió Acindar, la empresa para la que trabajaba Jorge, el laboratorio aportó varias dosis y Newell’s también hizo llegar algunas. Pero la crisis del 2001 complicó la situación y Leo se movió a Barcelona con sus agujas, donde continuó entre seis y ocho meses pinchándose, a la espera de un lugar en las juveniles del club catalán.
Schwartzstein remarcó algo al referirse a esta terapia: “No existe algo para ser alto y superar a la genética, lo que sí existen son tratamientos para solucionar los problemas que no nos permiten crecer bien”. Además, informó que por medio del catch-up, es posible recuperar los centímetros que se perdieron antes del comienzo del tratamiento. Es por eso que Messi pegó un estirón pronunciado con el correr de los meses.
Con información de Infobae