

Según el citado medio, Ashcroft, escocés, se instaló en una de las habitaciones del Travelodge Hotel, situado en el centro de la ciudad. Desde entonces, contó que 26 mujeres pasaron por su cama pensando que era Claudio Ranieri.
“Es como si me hubiese tocado una especie de lotería genética. Cada vez que salgo a tomar una cerveza me rodean las mujeres y nunca tienen suficiente de mí”. Según confiesa Ashcroft, él nunca les miente, jamás afirma que es Ranieri, les dice la verdad, su verdadera identidad… pero no le creen. Cuando la conquista ya está en su punto máximo, lejos de retirarse asumiendo que es otro, Ashcroft llega hasta el final sin importarle, tal como indica. “Lo asumen y yo no las corrijo”.
“Es como si me hubiese tocado una especie de lotería genética. Cada vez que salgo a tomar una cerveza me rodean las mujeres y nunca tienen suficiente de mí”. Según confiesa Ashcroft, él nunca les miente, jamás afirma que es Ranieri, les dice la verdad, su verdadera identidad… pero no le creen. Cuando la conquista ya está en su punto máximo, lejos de retirarse asumiendo que es otro, Ashcroft llega hasta el final sin importarle, tal como indica. “Lo asumen y yo no las corrijo”.