Desde su última incursión en el fútbol en 2016 con Miami United FC, Adriano Leite Ribeiro se dedicó a disfrutar del tiempo libre que antes le había quitado sus compromisos con el deporte. Según informaron medios brasileños, el ex goleador de la selección verdeamarelha vendió su mansión cotizada en 1.600.000 dólares y se mudó junto a los trofeos que obtuvo a lo largo de su carrera a un imponente hotel en Barra do Tijuca, Río de Janeiro.
En su antigua casa dejó todo para los nuevos propietarios. Antes de irse cargó solamente algunos elementos personales y las estatuillas que luce en su vitrina (medallas, botines de oro y premios a mejor jugador). Alejadro de Recreio dos bandeirantes, zona oeste de la ciudad carioca, ahora intenta adquirir un nuevo hogar cerca del mar y mientras tanto invierte una importante suma mensual para hospedarse en la suite presidencial del hotel.
En el complejo cuenta con todas las comodidades: 145 m2, sala con comedor, piscina con vista al mar, pensión completa con platos gourmet y autorización para recibir a amigos y familiares. Junto a ellos posa en varias imágenes compartidas en su cuenta de Instagram en las últimas semanas. Estiman que el Emperador (39 años) gasta unos 14 mil dólares por mes para darse la buena vida antes de mudarse definitivamente a otro castillo. Hasta el momento solo lo había tentado una que estaba tasada en casi el doble de dinero que la anterior.
La presencia de una modelo no fue pasada inadvertida por los medios locales: se trata de Victoria Moreira, ex novia de Adriano, quien publicó imágenes posando en su habitación y las instalaciones del mismo hotel.
El ex centrodelantero que ganó 10 títulos entre Inter de Milán, Flamengo y Corinthians más el Mundial Sub 17, la Copa América 2004 y la Copa Confederaciones 2005 con su selección nacional debió desmentir su muerte el año pasado tras fuertes rumores.
“Solo me sentía feliz bebiendo toda la noche. Bebía todo lo que me ponían delante: vino, whisky, vodka, cerveza, mucha cerveza. No paraba de beber, y tuve que dejar el Inter porque me trajo problemas con el DT Roberto Mancini y no sabía cómo disimularlo. Llegaba borracho por la mañana a los entrenamientos. Me presentaba y me llevaban a la enfermería y le decían a la prensa que sufría dolores musculares”, confesó hace algún tiempo sobre el momento en que sufrió la pérdida de su padre.
Hoy con casi cuatro décadas de vida planea aprovechar cada rato y, por el momento, se mantiene alejado de la peligrosa favela Vila Cruzeiro en la que se crió y supo frecuentar tras su retiro.