La Vuelta al Táchira en Bicicleta desde su nacimiento en 1966 nació para ser grande. De allí su apelativo de la “Vuelta Gigante de América”, producto de la presencia de las primeras figuras del pedalismo de ruta del continente y el mundo en cada edición.
Sin embargo, y para tomar el nombre del poema “Reir Llorando”,del poeta Juan de Dios Peza, el Giro Andino, tan pronto se dio el primer pedalazo hace 53 años, sus dirigentes han reído, pero también han llorado; triunfos y glorias e igual sufrimiento, muchas lágrimas, por todo lo que significa organizar un evento de tanta envergadura en el contexto regional, nacional a internacional.
Y viene a colación el famoso poema del bardo Peza, interpretado por el actor y dramaturgo británico David Garrik, quien hace de payaso en “Reir Llorando”, merced de la situación por la que ahora atraviesan los dirigentes de la prueba ciclística del venidero año para poder montar la fiesta deportiva del pedal de todos los años durante la primera y segunda quincena del mes de enero.
Apenas restan 28 días para que se baje la banderola ajedrezada en señal de inicio de la emblemática carrera y todavía se desconoce si el recorrido será de diez u ocho etapas, un verdadero parto, una espera de nunca terminar.
La Asociación Tachirenses de Ciclismo, con William Rodríguez a la cabeza en su condición de presidente se aferra a mantener la competencia en diez etapas tal como está inscrita en la Unión Ciclista Internacional (UCI); no obstante el Ministerio del Deporte, ente encargado de la parte económica alega que solo existe presupuesto para ocho etapas.
Diario la Nación consultó en la tarde de ayer al mandamás de la ATC, el dirigente confesó que, “no vamos a decepcionar a la afición, la Vuelta al Táchira en Bicicleta es patrimonio de la entidad tal como la declaró en su oportunidad el Parlamento Regional hace varios años, por ello tendrá una decena de etapas según como está previsto por la organización”.
–Ahora mismo la competencia está inscrita ante el rector mundial del ciclismo con un recorrido de diez etapas, bajarla a ocho significaría un gran problema para volverla a subir a diez, por ello nosotros nos responsabilizamos ante el Ministerio del Deporte para correr con los gastos de las etapas nueve y diez-, puntualizó el dirigente.
Rodríguez trajo a la memoria la edición 31 del Giro Andino, en 1966, con él en función de tesorero de la ATC, cuando fue patrocinado por la empresa privada, para entonces se llamó Vuelta al Táchira “Firestone” y resultó todo un éxito tanto en lo competitivo como en lo económico.
–La afición, esgrimió el jerarca de la justa del pedal, y quienes viven y sienten nuestra carrera anual pueden respirar tranquilos, esta se iniciará el 11 de enero en la Planta de Concafé en Bramón, para luego cumplir con un circuito en Rubio, lo que será el desarrollo de la primera etapa.
El resto de las nueve etapas, siempre y cuando no haya inconvenientes con las carreteras se cumplirá tal como está el cronograma hecho por la ATC, lo cual es carta de garantía para cada uno de los equipos asistentes, tanto nacionales como extranjeros, apuntó Rodríguez.
La empresa privada tabla de salvación
Para nadie es un secreto que desde su nacimiento, la Vuelta al Táchira en Bicicleta no ha sido vista con buenos ojos por la Federación Venezolana de Ciclismo, una especie de celo que se ha mantenido en el tiempo, tomando en cuenta el recorrido y equipos invitados con que siempre ha contado el giro local, lo contrario de la justa nacional que en esencia es inferior a la competencia andina.
De cara al futuro inmediato y en sondeo hecho por Diario la Nación a gente seguidora de la Vuelta al Táchira así como a personajes ligados con el evento ciclístico, son del criterio que de una vez por todas ya es hora que el Giro Andino se autofinancie, quitarse ese yugo del aporte del ente público, que en ocasiones se convierte como en una especie de ruego, algo así como una limosna.
En aras que la carrera tachirense siga siendo una de las primeras en su tipo en el concierto internacional, se debe mirar hacia la empresa privada, que los dirigentes se aboquen desde este momento en buscar grandes patrocinantes nacionales y extranjeros para que haya la solvencia necesaria y no estar pasando penurias como ocurre cada año, que faltando pocos días para el inicio de la prueba se tenga en ascuas a todo el mundo, sin saber a ciencia a cierta que va a pasar con la celebración del magno evento. Homero Duarte Corona