La Vuelta al Táchira en Bicicleta, en su 55ª edición, aprobó el examen, no eximida, que hubiese sido lo ideal, pero sí estuvo a la altura de las circunstancias, pese a los imponderables, sacando la cara por el espectáculo los propios actores, quienes entregan la vida si es posible arriba del caballito de acero, con tal de brindar espectáculo, agradar a la afición.
Homero Duarte Corona
Los 88 ruteros que partieron en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, el 12 de enero, incluidos los que se retiraron y también los que terminaron el pasado domingo frente a los pabellones en la avenida España, tienen su cuota de protagonismo, unos más que otros, pero en fin son atletas de alta competencia que cada año se acomodan en la raya de salida para ser protagonistas en una de las carreras por etapas más importantes del continente.
Deportivo Táchira y el Androni Giocattoli, los grandes protagonistas del evento
No importa la cantidad, sino la calidad, y eso fue lo sobresaliente en el giro tachirense que recién culminó el domingo, con dos divisas que al final de la carrera terminaron brillando más que el resto de invitados, sin desconocer el profesionalismo y ganas del resto de ruteros, que también aportaron su cuota de sacrificio y deseos de agradar desde el primero hasta el último pedalazo.
El combinado aurinegro, de la misma familia del club profesional de fútbol, por segundo año consecutivo corrió con la casaca amarilla y negra, aunque la empresa JHS Grupo comenzó a incursionar en el ciclismo nacional hace cinco años.
Ninguno de los directores técnicos que antecedieron a Omar Pumar pudieron romper el sortilegio, pese a sus conocimientos y labor profesional, no pudieron conquistar una edición del Giro Andino, quedando cerca de alcanzar la gloria, sin que a la postre se diera.
Omar Pumar, un entrenador joven, pero conocedor del ciclismo de ruta nacional como la palma de su mano, aceptó el reto, prometió ganar la Vuelta al Táchira a través de uno de sus corredores y al final alcanzó el objetivo.
La divisa amarilla y negra tuvo dos enemigos de peso en la carretera, el equipo Lotería del Táchira en primera instancia, y en las tres últimas etapas los dirigidos por Gianni Savio. No las tuvo consigo el técnico Samuel Villamizar, sus corredores no le respondieron en el momento supremo, cuando más lo necesitaba el cuerpo técnico.
Sus principales cartas crédito, específicamente Jimmy Briceño, doble coronado en 2012 y 2019; Ronald González ganador en 2009; Jhonatan Salinas, campeón en 2017, y los primos Jhonathan y Nelson Camargo, al final sucumbieron, no hubo la respuesta en las etapas de mayor peso, las piernas no les respondieron y por allí se les escaparon victorias de suma importancia.
La antítesis del escuadrón lotero, lo hecho por Omar Pumar y su cuerpo técnico, les funcionó a las mil maravillas el trabajo antes, durante y después de cada etapa, los corredores de los dos conjuntos aurinegros pusieron los puntos sobre las íes donde tenían que ponerlos en su momento.
El fruto a su labor, el 1-2 en la clasificación final por intermedio de Roniel Campos y Juan Ruiz, el primero nacido en Nirgua, estado Yaracuy, y el segundo en el estado Trujillo, amén de la obtención del título por equipos.
Ratificó el Pumita sus progresos en la dirección técnica, esta vez derrotó a sus colegas en buena lid, fiel reflejo de ello ubicar a dos de sus ruteros en el podio. Para premiar su trabajo, la Federación Venezolana de Ciclismo le confió la dirección técnica de la selección nacional que tomará parte en el Tour Colombia 2.1, el venidero mes.
Gianni Savio “honró la carrera” y algo más
El locuaz y carismático técnico y gerente deportivo vino una vez más a la Vuelta al Táchira en busca de ganar dos o tres etapas planas, como ha sido la característica de los últimos años; sin embargo, terminó conquistando cinco y tres segundos lugares, logró podio con Kevin Rivera y el mismo corredor se coronó campeón de la montaña y fue el ganador del renglón de los más jóvenes.
“Llevo en el corazón la Vuelta al Táchira, ya forma parte de mi vida deportiva”, confesó Savio al periodista al mediodía de ayer, antes de partir para Argentina, donde su equipo tomará parte en la Vuelta a San Juan. “Vendré al Táchira mientras el Creador me dé salud y me inviten, es un evento muy bonito y de mucha calidad”, apostilló.
El director deportivo lamentó lo sucedido a Jefferson Cepeda, en la penúltima etapa, donde pudo haberse colocado la camiseta de líder de acuerdo al planteamiento de carrera, pero una rodada, propia en cualquier prueba de ciclismo, “nos privó de pelear el título”, sin desmeritar lo hecho por Roniel Campos y su equipo Deportivo Táchira.
Meritorio también lo hecho por el equipo Venezuela País de Futuro, uno de los pocos clubes del país que están formando la generación de relevo, con Rubén Osorio y Miguel Ubeto en plan de abanderados. El premio a su trabajo, el sexto puesto en la general de Leonel Quintero y la conquista de dos etapas por el mismo corredor.
Por los lados de los equipos colombianos, bueno destacar lo realizado por Juan Hoyos (Team Gesprom), campeón de los esprints; también destacó Isaac Yaguaro, subcampeón de este departamento, quien junto al neogranadino cazó una pelea de principio a fin en busca de la corona del más veloz.
El tachirense Jackson Rodríguez, ficha del equipo Moys JHS Grupo, fue uno de los más combativos de la Vuelta, pese a ser uno de los de mayor edad, estuvo metido en todas las escapadas, dejando constancia de que aún le queda cuerda para seguir dando de qué hablar en el ciclismo de ruta.