Robinson Chirinos logró la mejor temporada de su carrera en el 2017 con los Rangers de Texas. Dejó un tope de jonrones con 17, anotadas 46, porcentaje de embasado .360 y OPS .866. Sin embargo, el receptor cargó con la presión psicológica de que parte de su familia que vivía en Maracaibo, estado Zulia, fue amenazada de muerte mientras la campaña estaba progreso.
“Siempre he querido dejar el nombre de país en alto. Que en los Estados Unidos cada vez que hablen de Venezuela sea para referirse al talento de sus peloteros. Pero fue muy difícil lo que viví el año pasado mientras intentaba responder en el terreno de juego, mi hermana y sus hijos podían perder la vida”, comentó Chirinos vía telefónica para el diario Meridiano. El defensor del plato de 33 años de edad se suma a los recientes casos violencia contra los jugadores de pelota venezolanos que hacen vida en las Grandes Ligas.
El pasado 22 de mayo Miguel Cabrera, Elvis Andrus, Omar Vizquel, Martín Pérez, Rougned Odor y Chirinos decidieron hablar frente a las cámaras de ESPN sobre la situación tensa que vivía el país que para ese entonces sumaba 50 días de protestas. Los peloteros decidieron pronunciarse y respaldar a los manifestantes que se enfrentaban a las fuerzas del estado. “Nosotros salimos en defensa de lo que creíamos que era correcto en ese instante y por eso nos manifestamos todos juntos”, apuntó Chirinos, quien especificó que ese punto fue el detonante para que grupos armados arremetieran contra parte de su familia que vivía en Maracaibo. “En el mes de julio un grupo armado llegó al negocio de mi hermana que tenía unos restaurantes de comida rápida y preguntaron ‘¿Dónde está Rusmary Chirinos la hermana del pelotero?’, era un grupo de colectivos, estaban armados y cuando encontraron a mi hermana los amenazaron con armas de fuego a ella a sus hijos, uno de ellos tiene tan solo cuatro años edad. Robaron todo el dinero, registraron todo, hicieron destrozos a la propiedad y hay algo que no tiene perdón, una vez hicieron eso se sentaron, y obligaron a mi hermana a que les sirviera comida y los entendieran, mientras esto sucedía le decían que si yo seguía manifestándome en contra del gobierno ellos los iban a matar, que esa era la orden”.
Chirinos en julio pasado dejó el promedio al bate de .132 sin jonrones y con tan solo una carrera remolcada fue el mes menos productivo del venezolano: “Después de ese acto violento yo temía represalias, contra Rusmary entonces le dije que cerrara el restaurante y se mudara a la casa de sus padres en Punto Fijo mientras trataba de hacer todo lo posible para sacarlos del país, fueron momentos de tensión porque mis pensamientos estaban con ella. Mi hermana no quería irse pero no le quedó otra opción más que aceptarlo”.
“A mí me gusta la pelota venezolana allí es donde me hice pelotero, pero cuando voy a Venezuela no puedo estar tranquilo. Siempre tengo que contratar guardaespaldas y tener todo un operativo de seguridad. Allá tengo mi fundación en donde todos hemos ayudados a muchas familias y escuelas beisbol, es injusto que estas cosas nos afecten a nosotros cuando intentamos ayudar a nuestro país y dejar su nombre en alto en las Grandes Ligas”, sentenció el receptor que tiene el puesto de titular asegurado para el Día Inaugural. “Ahora tengo a mi hermana aquí en los Estados Unidos, en un país diferentes para ellos donde no hablan el idioma, los estoy ayudando a que olviden esa situación sobre todo a los niños que son inocentes de todo”. (Redacción)